Maxi Gómez debuta y el Mónaco hace valer su frescura
El Valencia mejoró con la entrada de Parejo, Kondogbia, Jason y Rodrigo; Cillessen se estrenó aunque no tocó ni un balón.
Con los Alpes de fondo a lo postal de viaje, entre españoles en la grada con relato de inmigrantes, con ese silencio impropio del fútbol y con los banquillos llenos como calle de tiendas en Navidad. Así suelen ser los amistosos de verano, más cuando son el primero de alguno de los contendientes, como fuera el caso del Valencia, y eso sucedió en Lens.
El Mónaco, un clásico que busca su lugar desde que vendiera a Mbappé, hizo valer de salida su mayor rodaje. Por más que el Valencia de Marcelino demostrara que tiene una identidad, un estilo, que no pierde por más que sus chicos llevaran desde la final de Sevilla sin jugar juntos, las piernas ahora aguantan hasta donde pueden. Y así el Mónaco llegó al área ché más y mejor.
Golovin rompió el silencio con un disparo al travesaño y Foster no perdonó en el 39’ tras una primera parada de felino de Cristian. El Valencia, hasta el descanso, solo inquietó a Lecomte en un tiralíneas gestado entre Manu Vallejo, que demostró que tiene juego asociativo -ahí tiene su fuerte para aprovechar la oportunidad que se le presenta este verano-, y Kevin Gameiro.
El cansancio cambió de bando en la reanudación. Principalmente porque Marcelino sacó un once fresco y Jardim tan solo puso de nuevas a Traoré. Con Gayà, Parejo, Jason, Kondgobia, Sobrino y Rodrigo al Valencia se le vio más eléctrico, más voraz. En esa fase debutó Cillessen, aunque como si no lo hubiera hecho. Ni un balón le llegó. También debutó fue Maxi Gómez y éste sí participó más. Un pase de la muerte y una internada con caída en el área su carta de presentación. Lo que no hubo lugar es a verle con Rodrigo, ya que fue a quien sustituyó.
Jardim, por su parte, reservó a Cesc Fàbregas para los últimos 15 minutos. Al catalán y a otros siete monegastos más, entre ellos Gelson Martins. La aparición en escena de todos ellos equiparó de nuevo el factor piernas y ahí se diluyeron las llegadas del Valencia a las inmediaciones de Lacomte y con ello sus opciones de evitar empezar la pretemporada con una derrota, que fue lo que ocurrió. Pero es sabido por todos que lo que cuenta en esto del fútbol no es cómo se empieza sino cómo se acaba.