El Barça combate contra su primer rival: el jet lag

Cuando se hacen largos viajes en avión hacia el Este, que incluyen cambios en los husos horarios, suele aparecer un enemigo al que a veces cuesta de combatir y que acaba complicando en más de una ocasión el viaje. Estamos hablando del temible ‘jet lag’. El Barcelona, consciente que se trata de un rival al que no hay que menospreciar, ha preparado una batería de medidas para intentar minimizar los efectos.

Para empezar, se ha buscado salir a una hora que no rompa del todo con el ciclo circadiano -el ritmo del metabolismo interno del cuerpo-, facilitando que los jugadores puedan dormir durante el vuelo. Está previsto que el vuelo chárter salga a las 15.50 horas, con una duración de poco más de 14 horas, aterrizando en Tokio a las 12.15 hora local. Para el cuerpo de los jugadores será como un buen madrugón, ya que supone las 5.15 de la mañana.

Los jugadores habrán comido en la Ciudad Deportiva antes de partir hacia el aeropuerto de El Prat, por lo que en el avión tendrán preparado una cena ligera a base de hidratos de carbono y posteriormente un desayuno copioso.

Aspectos como la luz en el avión se han cuidado al detalle para que el metabolismo se vaya adaptando a las nuevas circunstancias. También se recomienda hacer unos estiramientos cada dos horas y evitar las bebidas con cafeína durante el vuelo.

De hecho, la hidratación y el consumo de líquido son imprescindibles para minimizar los efectos del jet lag. En cualquier caso, en el club también han preparado soluciones químicas para inducir a los jugadores al sueño si les cuesta dormir. Estamos hablando de productos muy suaves, como la melatonina, pero con resultados contrastados.

Los efectos comunes del jet lag son somnolencia, cansancio, fatiga muscular, dolores de cabeza, insomnio, problemas estomacales, irritabilidad y sensación general de malestar.

Uno de los principales problemas con los que se encontrará el equipo es el poco tiempo de adaptación al nuevo medio. Y es que aterrizarán el domingo 21 de julio y dos días después ya estarán jugando el primer amistoso de la pretemporada ante el Chelsea. Los expertos consideran que los efectos del jet lag no acaban de desaparecer del organismo hasta 72 horas después de haber aterrizado, por lo que parece evidente es que el partido estará dentro de los límites. En situaciones de este tipo el riesgo de lesiones está más expuesto que en otros contextos.