Gallego debuta con goleada en la contrarreloj hacia Europa
Repóquer de goles de canteranos del Espanyol (Melendo, Lozano, Pipa, Nico Melamed y Puado) más Ferreyra ante el Peralada, de Tercera, y cántico final: "¡Borja, quédate!".
Con la misma determinación de su nuevo entrenador, el Espanyol de David Gallego pisó fuerte en su estreno, el primero de los dos únicos ensayos de que dispondrán los pericos antes de afrontar la previa de la Europa League. Ajeno a culebrones como los de Hermoso y Borja Iglesias, que fueron titulares en una alineación muy de gala, y con el recién llegado Vargas todavía por descorchar, la cosecha de Peralada 2019 transmite buen sabor.
Derrotaron sin problemas los pericos al que fue filial del Girona hasta hace un mes, y que ahora militará en Tercera. Tras un primer intento de Pime, que reclamó penalti de Pedrosa, impuso el Espanyol su presión alta, tomó riesgos con la salida del balón y ensanchó el campo con laterales largos pero también jugó por dentro. Y no le quemó el balón, pero tampoco abusó de él, en un 4-4-2 ‘made in’ Gallego.
21 minutos tardó Melendo en deshacer uno de sus quebraderos del año pasado, el gol, en una acción individual. Enseguida llegaría el segundo, en una carrera de Javi López, con centro a Ferreyra, que empujó el balón. Diana de velocistas. Y, pese a que se fueron a la ducha una mayoría de teóricos titulares, entre ellos el debutante Bernardo, y entraron en la reanudación casi todos los canteranos, junto a veteranos como Iturraspe, que también se estrenaba de perico, aumentó el ritmo de partido.
Así, Pol Lozano liquidó cualquier esperanza del Peralada al establecer el 0-3 en el 55’, en uno de los múltiples tiros lejanos que probó un Espanyol con desparpajo, como el de Nico Melamed o el de Campuzano.
Y si no se amplió aún más la goleada fue por Rubén Sánchez, meta local, que detuvo paró los pies a Puado y Álex López, pero que nada pudo hacer ante la velocidad de Pipa. Parecía el definitivo gol, pero quedaban otros dos, de Nico Melamed y de Puado, para completar un repóquer de canteranos y el 6-0 antes de una tímida invasión de campo y el cántico “¡Borja, quédate!”.