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FRANCIA 2019

EE UU monitorizó el impacto del ciclo menstrual en sus futbolistas

Según revela The Telegraph, la selección norteamericana implementó un innovador programa con el que controló el rendimiento de sus jugadoras durante la menstruación.

Once inicial de Estados Unidos en la final del Mundial de Francia 2019.
PHILIPPE DESMAZES AFP

Estados Unidos, flamante campeona del Mundial de Francia 2019, implementó un innovador programa de monitorización de los ciclos menstruales de sus futbolistas durante la competición intercontinental. Así lo ha revelado The Telegraph, que ha hablado con la preparadora física de las norteamericanas Dawn Scott. 

"Un asunto emergente en el deporte femenino es el ciclo menstrual y su impacto en el rendimiento, la salud de las jugadoras y el riesgo de lesiones", comenta Scott al medio británico, al que también ha revelado que, después de mucha investigación, se decantaron por seguir los ciclos menstruales de cada una de sus 23 jugadoras.

Siempre a la vanguardia del fútbol femenino, la selección estadounidense apostó por romper con el tabú de la regla en el deporte femenino. Así, el pasado domingo 7 de julio, todo el cuerpo técnico era consciente de que Rose Lavelle, que marcó el segundo gol de Estados Unidos ante Países Bajos, había empezado con la regla el lunes.

"Históricamente, las jugadoras no han hablado sobre sus periodos con los entrenadores y el personal de apoyo", afirma la doctora Georgie Bruinvels, de la consultora deportiva Orreco. Ella ha sido la encargada de acompañar a Scott en sus investigaciones y en la implementación de este rompedor programa. 

Bruinvels ha señalado también que la fase premenstrual y la menstrual son las más complicadas: "Las hormonas disminuyen y están en su nivel más bajo". En consecuencia, la doctora y la preparadora física de Estados Unidos han estado adaptando las dietas, los hábitos de sueño, los factores del estilo de vida y las cargas de entrenamiento para cada una de sus futbolistas durante todo el Mundial de Francia 2019.

Quizá haya sido uno de los secretos del nuevo éxito de la selección femenina de Estados Unidos, que en tierras galas alzó su cuarta Copa del Mundo.