Monchi-Lopetegui: el Sevilla emprende una revolución
Director deportivo, técnico y Consejo nervionenses lo tienen claro: hay que cambiar muchas cosas para volver a finales.
Óscar Caro, preparador físico de Lopetegui, preparaba ayer por la mañana para el primer entrenamiento en Lagos una novedosa manera de estirar que se prolongó durante más de los 15 minutos que la sesión estuvo abierta para la Prensa. Los jugadores se miraron, se divirtieron y el entrenador esperó poniéndose algo de protector para el sol antes de seguir con la terapia individual que hace durante estos días para valorar lo que tiene entre manos, decirle a los que se quedarán lo que quiere y decidir entre los que no sabe aún si tiene que ser transferido.
Muchas cosas son nuevas en el Sevilla a pesar de que el club no se bajó de la elite por mucho que dos malas planificaciones hayan obligado a Monchi a emprender lo que ya avisó, Lopetegui incluido: una revolución. Lo tienen claro el técnico y el director deportivo: cambiar, cambiar, cambiar. Cambiar futbolistas, forma de juego, maneras de ejercitarse, costumbres de vestuario y equipo cuando no se está sobre el césped. El cambio cueste lo que cueste.
Ya lo hizo Monchi en 2013 en el Sevilla, obligado como ahora. Y le salió de vicio, títulos de Europa League en 2014, 2015 y 2016 con una base de futbolistas importantes que habían llegado casi todos ellos el mismo verano. También lo intentó en la Roma hace dos años, semifinales de Champions como resultado. Y no deja de estar acostumbrado Lopetegui a darle la vuelta a las cosas. Se quedó el guipuzcoano a medio camino casi siempre, excepto cuando levantó el título con la España Sub-21.
En el Oporto le dio galones a un puñado de jóvenes, como hizo en la Selección absoluta con los Isco, Asensio o Saúl. No pudo terminar el trabajo en el Mundial de Rusia, se interpuso el Real Madrid, donde esos mismos jugadores le sirvieron, con otros como Dani Ceballos, para intentar darle la vuelta al calcetín muriendo poco después de zarpar. Tanto 'interruptus' no ha variado la forma de proceder de Julen, y con más argumentos esta vez es la idea es absolutamente global. La comparte sin fisuras con el hombre que le trajo y en el que el Consejo del Sevilla ha depositado plenos poderes. La revolución, auspiciada esta vez por los que mandan, se ha emprendido de nuevo en Nervión.
Terapia individual con los jugadores
A pesar de que algunas sesiones se pueden seguir solamente de manera parcial, estos días se ha podido ver y fotografiar a Lopetegui hablando con muchos de los jugadores de la actual plantilla del Sevilla. Ya invirtió el vasco casi una hora en el vestuario presentándose, antes del primer entrenamiento del pasado jueves en Sevilla, pero insiste acercándose a los futbolistas de manera individual. Se le ha podido ver con Escudero, con el Mudo Vázquez o dándole cariño a Joris Gnagnon. Quiere estar cerca de los que siguen seguro y de alguno cuyo futuro está aún por resolverse, pero que él aclara algo cuando decide conversar con ellos.