Cala: "Los futbolistas no somos superhéroes"
El futbolista, en una entrevista para AS, se va sin reproches, con el rostro iluminado al hablar de su club y al alma encendida recordando a José Antonio Reyes.
¿Lo peor de ser futbolista son las mudanzas?
Sí… Cuando tienes familia y niños es mucho peor. Tienes 2-3 maletas, en vez de tú solo, de todo el mundo. Y más aquí, se dificulta todo por el barco. Es un coñazo, está claro, pero es nuestra vida.
¿Por dónde pasa su futuro más cercano?
Se están rumoreando muchas cosas y diciendo otras que no son ciertas. Me sorprende cómo trasciende información hasta de los acuerdos de rescisión, salarios… No sé cómo sale. Entre otros aspectos porque es mentira mucho de lo que se dice. Sinceramente, no tengo nada cerrado ni avanzado con nadie. Al final de esta semana tendremos que ir decidiendo o marcándonos un camino para concretar algo. Están tanteándose mutuamente representante y equipos. Ya veremos qué se decide. También estamos esperando porque el mercado está un poco parado. Cuando salga una opción interesante, se hará.
La mayoría de los clubes están a 2-3 semanas de empezar a trabajar. ¿Preocupado?
No mucho. Ha habido interés de varios equipos; si no entro en un lado, entro en otro. Me hubiera gustado estar de vacaciones tranquilo, pero son las reglas del juego. Ya se firmará con mucha más tranquilidad y sin prisa.
Usted se declara un amante del Carnaval de Cádiz. Son excelentes sus parodias de la actualidad. ¿La UD se ha parecido a una chirigota?
Sinceramente, no. Se crearon unas expectativas que no se cumplieron, pero por crearlas no quiere decir que se vayan a cumplir. Las Palmas ha sido un equipo serio, con grandes profesionales que vinieron a por un objetivo que no se cumplió. Pero de eso a poder faltar el respeto en muchas ocasiones diciendo que somos malos profesionales… Y muchos calificativos que no son así. Las cosas salen, o no. Pero el fútbol, por suerte o desgracia, no es 1+1. El Mallorca, recién ascendido de Segunda B, sube a Primera División estando equipos potentes. Al Deportivo le ha pasado lo mismo que a nosotros, y al Málaga. Lo importante es reciclarse e intentar hacer un proyecto para subir. Ya está.
Ha dicho varias veces que Las Palmas tuvo mucha prisa.
Creo que todos pecamos de menospreciar a los rivales. Que si somos el mejor equipo de Segunda, que si tenemos que estar en Primera en pocos meses… Esa impaciencia provocó cambios de entrenadores, más prisas, meterle más presión al equipo de la que ya tenía. Todo eso ha provocado que no terminara de salir la mejor versión, y es mucho más difícil teniendo que ir a contracorriente. Hubo un cúmulo de circunstancias que impidieron que el grupo y sus jugadores sacaran sus mejores prestaciones. Eso lo saben ‘dentro’. Se analizará. Se ha quitado la presión por subir ya, y eso es muy positivo para hacer un proyecto sólido y tranquilo. Le ha pasado al Granada, al Osasuna… Bajaron esas pretensiones, fueron más equipo de Segunda División y al final consiguieron el premio.
Una de esas ‘circunstancias’ fue la destitución de Manolo Jiménez, que pidió expresamente su fichaje, cuando la UD iba sexta. ¿Ahí empezó a torcerse su futuro en Las Palmas?
No creo. Al fin y al cabo, siempre ha estado ligado al club hasta el último momento. No se consigue el objetivo, hay un cambio de dirección en cuanto al presupuesto porque la Liga te marca un objetivo, y hay que cuadrarse en él. Hay dos partes que no se ponen de acuerdo, y ya está. Sí se ponen de acuerdo para tener una salida beneficiosa tanto para Las Palmas como para mí. Pero no se empieza a torcer porque con Paco Herrera seguí jugando todos los partidos y con Pepe (Mel), también. Lo que he dicho es que esa impaciencia de echar a Jiménez yendo sextos, y cumpliendo con los objetivos, que era estar en la parte alta de la tabla… Todos sabemos el inicio que hubo: parecía que no se jugaba bien, pero los resultados llegaban. Recuerdo partidos como los del Extremadura y Málaga en casa, o Deportivo o Granada, que se nos escaparon con un empate en los últimos minutos… No fuimos inferiores a nadie. De 14 partidos solo tuvimos dos derrotas, aunque sí 7 empates. Y con buen balance. En esta categoría marcha mucho ese balance de goles a favor y en contra, que son los que también te hacen estar arriba. Todo parte de tener una buena defensa y aprovechar las ocasiones. Con un pequeño bajón, pero estábamos en la línea. Esas prisas provocan la precipitación de decisiones, y por eso se cambió de entrenador. Paco (Herrera) no terminó de encontrar su ‘11’ tipo y hubo que cambiar. Se fue a contracorriente. ¿Si se llega a quedar Jiménez se cumple el objetivo? Quiero pensar que sí porque confío en él de otras temporadas, pero no sé qué hubiese pasado. No es echarle la culpa a quien toma la decisión de echarle, sino analizar que las prisas no son buenas para ningún proyecto. Ellos (la UD) lo saben, soy consciente. Esto les ha llevado a estar tranquilos, a intentar hacer un proyecto a más largo plazo. No sé si en 1, 2, 3 años, pero Las Palmas va a subir seguro a Primera División. Con tranquilidad y el sosiego. Y disfrutando de la Ciudad Deportiva, que mejorará mucho las prestaciones del club.
Siempre habla muy claro, rara avis en este negocio. ¿Le ha pesado a lo largo de su carrera?
Te puede causar malas pasadas, pero a la larga también se valora. Esto es como los comerciales cuando van a venderte un producto. Uno puede ser más o menos directo, más o menos claro. Para lo bueno y lo malo, tengo mis virtudes dentro y fuera del vestuario. No se puede pretender que se le quite el carácter a una persona que lo tiene. O a quien no lo tiene, que lo saque. Como dice mi madre, en la cara se me ve todo lo que me gusta y lo que no. No me lo puedo callar. Pero lo veo de forma positiva, y prefiero que la gente también sea así conmigo: que no me vayan ocultando información o su descontento. Creo que a la larga se ha valorado un poco más al jugador claro, sincero y sin nada que esconder. Por eso, en los sitios en los que hemos estado, más por suerte que por desgracia tengo un buen reconocimiento de la afición o del club. Hayan podido caer bien, o mal, algunas cosas. Haces balance, y es positivo.
Ese reconocimiento le llegó aquí como capitán. ¿Le sorprendió?
Sí, pero también éramos 17 fichajes (se ríe). Y alguno de los nuevos tenía que serlo. El míster confiaba mucho en mí y me propuso. También fue por la experiencia que tenía como capitán en otros equipos. Tampoco se le da mucha más importancia porque el vestuario era muy bueno. Cada uno daba su opinión, y no había nadie por encima de nadie.
Lleva a cabo una gran labor social en su pueblo con el Alma Lebrija CD.
Soy amante de la cantera. En Lebrija ya hay dos equipos históricos, y este es el tercero. Decidimos montar una tercera entidad más como escuela-club. Las instalaciones municipales estaban copadas, y por eso decidimos montar unas infraestructuras personales para que el club fuera autónomo en todos los sentidos con sus propias instalaciones, su forma de gestionar y no tener que depender del cuadrante horario de muchos pueblos. Partían con ventaja al tener muchos más años, y por eso decidimos montar nuestras instalaciones. Queremos que sean potentes dentro de la comarca, y a partir de ahí que el club crezca paralelamente. Está centrado solo en la cantera. Hemos aumentado las disciplinas. Tenemos escuelas de pádel, compitiendo a nivel provincial. En un futuro, cuando el padbol crezca, iremos por ahí. Focalizamos todo en deporte+formación. A todos los niños que empiezan les gustaría ser el nuevo Messi o el nuevo Cristiano, pero es muy complicado (sonríe). De hecho, nuestro lema lo marca: se viene con un balón debajo del pie y un libro debajo del brazo pero si se tiene que caer algo, que sea el balón y nunca el libro. Nos vamos a distinguir por la formación. Si tienes cualidades te intentaremos dar las herramientas oportunas, pero queremos que haya un club de conciliación familiar con todos los servicios: clases particulares, fútbol, deporte… Que lo tenga todo y que no salga de ese club social, de esas infraestructuras. Ahora mismo son 5.000 metros cuadrados. Y que esté ahí toda la familia.
¿Las y los futbolistas están moralmente obligados a devolverle a la sociedad todo lo bueno que esta les reporta? Su club puede ser un ejemplo.
Tenemos que dirigir, pero no devolver. Las cosas que has ganado ha sido con tu esfuerzo y dedicación. Pero desde nuestra posición podemos fomentar los buenos hábitos, el deporte, la formación; tenemos esa responsabilidad. Si con mi nombre y en mi pueblo, más lo que pueda aportar económicamente y con la idea que tenga por lo vivido en el fútbol, podemos crear un club que lo aúne todo, fomentaremos que los datos académicos de los deportistas de élite mejoren. El futbolista ha evolucionado mucho pero antes. El 70% se arruinaba por mala formación y asesoramiento. Si desde la base podemos mejorar eso, es nuestra misión. Me siento obligado a darle a los niños de mi pueblo los mejores consejos y formación posibles.
Usted comparte escuela con dos futbolistas que fallecieron de manera trágica: Puerta y Reyes. ¿Vivirlo tan de cerca le lleva a extremar las precauciones?
Pero igual que cuando te toca algún familiar. Con José (Reyes) sí he compartido amistad, vestuario, muchos partidos, habitación de hotel. Jugamos juntos en el primer equipo del Sevilla. Con Antonio (Puerta) compartí cantera pero no equipo, él era mayor. Son palos que nos llevamos todos los sevillistas. Igual que cuando alguien cercano sufre una enfermedad. Tienes el miedo de saber que esto pasa. El futbolista no tiene súper poderes ni es un superhéroe al que no le pasa nada. Es una persona normal a la que le puede entrar una enfermedad o tener un accidente de tráfico; te pueden pasar mil historias. Te replanteas muchas cosas. O le pasa a alguien cercano y tú estás lejos. Llevo desde los 15 años fuera de casa, y todas esas cosas son las que te hacen preguntarte. Pero nos puede pasar también en el salón de casa. Hay que intentar ver lo bueno que era Reyes, siempre con su sonrisa y buen carácter.
Parece que a los futbolistas solo se les tiene en cuenta por su habilidad con el balón.
La gente entiende al futbolista como un ente diferente, y nos vamos a los extremos. Esta temporada perdí a un familiar con 40 y pico años de un infarto. Y estuve tres meses yendo al Materno todos los días por mi hija. Somos personas con un entorno familiar que lo pasa mal por ti. Entiendo a algún aficionado que diga que este futbolista no le gusta por sus características. Pero Twitter, que ha evolucionado para mal, provoca que pasemos el límite de la falta personal donde cabe todo. No falto al futbolista, sino a la persona. Que un jugador es un paquete, una mala persona, un perro. Tanto calificativo… Que te acusen de mal profesional, que se metan con tu hija o tu mujer, o con tus padres, es innecesario. Encima, con pseudónimo. La sociedad tiene que avanzar mucho ahí. Por la calle nos podemos caer bien o mal, pero tenemos que respetar al de enfrente porque tiene sus problemas, su vida, una familia que sufre. No somos de piedra. Hay que tirar para adelante pase lo que pase en esta profesión, igual que tú en la tuya. Todo el mundo es libre de opinar sobre cuánto ganas, cuánto gastas, tu nivel de vida… Cada uno es libre. Yo no hablo sobre cómo gastan Ana Botín o Amancio Ortega. No sé ni si se gastan 2.000 euros en un café. Por esta red social opinamos de todo. Es lo típico que escuchas en la barra de un bar: “Gana mucho”. He llegado a escuchar insultos en un bar, y te tienes que estar callado porque va en el sueldo. ¿Cómo va a estar metido en el sueldo que te insulten en la barra de un bar? O en la mesa cuando estás con tu familia. Eso no está justificado con nada. Ya no lo está que en un estadio, pero ahí lo puedo entender y digan lo que digan, no me voy a enterar. Pero estar en un bar o la calle, y recibir un insulto, y encima el jugador se tiene que callar porque está justificado en el sueldo... Me pagan por entrenar y jugar al fútbol, e intentar que mis prestaciones sean las mejores. Pero no por aguantar insultos, ni maleducados, ni nada de eso. Podemos dar una opinión desde el respeto y la educación, pero ese talante se tiene que ir cambiando.