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EURO SUB-21 | ESPAÑA 5-POLONIA 0

La Rojita, a semis y a los JJ OO

La Rojita goleó a Polonia (Fornals, Oyarzabal, Fabián, Ceballos y Mayoral), pasa como primera a semifinales y estará en Tokio 2020.

La Rojita, a semis y a los JJ OO
MIGUEL MORENATTIDIARIO AS

Recurríamos en las horas previas a la furia, a la garra de antaño, pero fue el tiqui-taca el que nos abrió de nuevo las puertas. No falla. El recital de buen juego permitió a la Rojita golear a Polonia y acceder de ese modo a las semifinales de la Eurocopa. Con el billete a los Juegos Olímpicos como inestimable propina. La falta por la escuadra de Ceballos que puso el 4-0 no hizo sino adornar un partido mayúsculo de los de Luis de la Fuente. Un vendaval. Una manera deliciosa de exportar la Marca España.

El reto era máximo, así que los pulmones nuevos eran bienvenidos. Se estrenaban Unai Núñez (relevo de Jesús Vallejo, titular ante Italia y Bélgica) y Marc Roca, que formaba el doble pivote junto a Fabián, recuperado de las molestias que arrastraba desde el partido inaugural. Y en una especie de enmienda a la totalidad, De la Fuente decidía afrontar el desafío de la goleada sin un nueve puro en el césped.

Fue Oyarzabal el encargado de ejercer de trampantojo para la defensa polaca. Unas veces aparecía en el centro del ataque, en otras caía a banda o incluso se descolgaba para establecer conexión con Roca o Fabián. Oyarzabal remató en el cinco, también lo hizo un minuto después Fornals. Y al siguiente, Fabián, y al siguiente Fornals. Y Olmo... Seis ocasiones en solo diez minutos. La más clara llegó en el 15', con un zurdazo de Fabián a la escuadra de Grabara. Sonaba a presagio de lo que nos aguardaba en el partido.

Y por fin llegó el gol de Fornals en el 17' al rematar con todo, pierna, fe y alma, un gran remate atrás de Aarón. Esa era la jugada más utilizada en el tablero del Renato Dall’Ara. Llegada de los laterales a línea de fondo y desde ahí, centro retrasado, evitando el muro que constituían los tres centrales polacos.

Kownacki, su estrella, fue baja en un once que resumía la preocupación de Michniewicz de guardar la ropa, pues el empate daba a Polonia el pase a semifinales. Buksa era un islote arriba, apenas le llegaban balones aunque cuando lo hacía se las ingeniaba para meter en apuros a Meré y Núñez. Pero se veía obligado a rematar de lejos, de muy lejos. Sivera nunca dudó y se mostró fiable.

El minuto 39 nos regaló la obra de arte de Fabián, quien tras dos zurdazos a la madera firmó un tercero que se coló junto al poste defendido por Grabara. Bolonia vivió en directo el arte que aún debe despuntar unos kilómetros más abajo, en ese Nápoles en el que el sevillano lleva la manija.

Un placer pleno en un primer tiempo para enmarcar de los nuestros, que no desfallecieron tras el descanso. Seguros atrás, sin apenas conceder un respiro a los delanteros polacos, las ocasiones se sucedieron hasta que en el minuto 71, el escocés Madden pitó falta en la frontal del área. Ceballos agarró el balón, sacó su duende y clavó el balón en la escuadra.

Siete oportunidades de gol llevaron su firma. Zidane se lo pierde, la Eurocopa lo guarda como oro en paño. Ya al borde del final llegaría el definitivo 5-0 obra de Borja Mayoral, que necesitaba ese gol como el comer. El pitido final dio paso al aplauso general, de todos, de españoles, polacos e italianos. Un vendaval pasó por Bolonia.