EURO SUB-21 | BÉLGICA 1-ITALIA 3
Italia, a rezar contra el 'biscotto'
La selección azzurra Sub-21 tumbó a Bélgica, pero el lunes un empate entre Francia y Rumanía le eliminaría de su Eurocopa.
El fútbol italiano vivió otra noche triste: su selección sub-21, que empezó la Eurocopa con la ilusión de la anfitriona, sintiéndose favorita y demostrándolo ante España, tiene un píe y medio fuera de la competición. El 5-0 de La Rojita la obliga a esperar que Austria y Dinamarca no ganen por goleada y que Francia y Rumanía el lunes no empaten (renunciando al resultado que clasificaría a ambas), haciendo inútil la victoria ante Bélgica.
La tarde empezó con una sorpresa: Di Biagio dejó fuera a Kean, que él mismo había anunciado titular como castigo, debido a un retraso en el último entrenamiento. La apuesta del seleccionador ("hay que respetar las reglas", afirmó) fue cambiar de dibujo: Locatelli actuó en la medular y Pellegrini se movía detrás de los puntas, Chiesa y Cutrone.
La selección azzurra Sub-21 comenzó con agresividad y tuvo enseguida una enorme ocasión con Barella, que cabeceó fuera un centro de Pezzella tirándose en plancha. A pesar de una superioridad clarísima, a los italianos les costaba desatascar el partido: Chiesa (nervioso y agresivo: el VAR le perdonó un pisotón a Saelemaekers) lo intentaba sin puntería y Cutrone se movía bien, pero falló un par de controles que podían llevarle solo delante de la portería rival.
Bélgica, que creó peligro solo con un contragolpe de Lukebakio neutralizado por Meret, cayó poco antes del descanso: Barella, rabioso, remató a puerta tras otro centro de Pezzella y, después de la parada de De Wolf, firmó el 1-0 con una rosca zurda. El tanto le volvió a dar ilusión a los jugadores y a todo el estadio ‘Cittá del Tricolore’, que se quedó helado después de que llegara la noticia del golazo de Fabián.
El subidón continuó en el arranque de la reanudación, en el que llegó el 2-0: Pellegrini coronó su gran partido con una asistencia para Cutrone, que rompió su sequía con un bonito testarazo. A partir de ahí, la selección azzurra Sub-21 buscó el 3-0 sin agobiarse, esperando buenas noticias desde Bolonia, que no llegaban. Verschaeren recortó distancias con una preciosa rosca y ahí los locales se despertaron: Mancini cabeceó al poste y Chiesa, poco después, sentenció con un golazo de los suyos. La última alegría, quizás, para los italianos, a los que solo le queda rezar en contra del posible ‘biscotto’ entre Francia y Rumanía.