Valverde: el 'castigo' de llevar la etiqueta de hombre de club
El técnico desde que está en el Barcelona ha tenido que ir asumiendo varias decisiones deportivas en contra de su voluntad. Todo apunta que esta temporada no va a ser diferente.
Dicen que en el pecado está la penitencia. Pues parece que Ernesto Valverde va camino de afrontar una nueva temporada teniendo que tragar sapos. Ya lo hizo en su primer año al frente de la nave blaugrana cuando pidió con insistencia el fichaje del central de la Real Sociedad, Iñigo Martínez, y la secretaria técnica decidió no tan sólo hacer oídos sordos a sus peticiones sino que esperó hasta el mercado de invierno para traerle un central: el colombiano Yerry Mina. Su paso por el FC Barcelona se puede considerar un fracaso porque el técnico apenas le dio minutos, aunque gracias al buen Mundial que hizo acabó siendo un negocio rentable para la entidad en su venta al Everton. Ahora bien, futbolísticamente fue un auténtico fiasco para el club.
En la segunda temporada de Valverde al frente del equipo detectó la necesidad de reforzar el mediocampo con un hombre de experiencia y suficiente clarividencia en el juego que pudiera adaptarse rápidamente a la idiosincrasia del juego del Barcelona. Su prioridad era el valencianista Dani Parejo. Pues bien la secretaria técnica volvió a hacer oídos sordos a sus peticiones, pero al menos en esta ocasión no esperó seis meses en traerle a un centrocampista, aunque el elegido fue el chileno Arturo Vidal. En este sentido hay que reconocer que el internacional ha tenido un papel destacado este curso gracias a su capacidad de sacrificio e ímpetu en su juego.
Pero como no hay dos sin tres, parece que esta temporada todo va a ir por los mismos derroteros. Valverde fue a la reunión con la dirección deportiva con las ideas muy claras. Su intención era que Ivan Rakitic siguiera a cualquier precio. Sin embargo, diversas informaciones apuntan que Pep Segura y compañía habrían convencido al entrenador de la necesidad de vender al croata si llega una buena oportunidad de mercado.
La situación en este caso no es fácil para Valverde, ya que el entrenador llegó a hablar a final de temporada con el propio Rakitic, asegurándole que contaba con toda su confianza y que se fuese tranquilo de vacaciones porque su continuidad estaba garantizada. No hay que olvidar que el pasado verano, en una situación similar, Valverde estalló públicamente ante los rumores de una venta del croata: “Aquí estamos para ganar partidos y no para hacer negocios”. Veremos si finalmente, su fidelidad al club le obligan una vez más a acabar pasando por el aro.