Pintus dejará el Real Madrid y se marcha al Inter de Conte
El preparador físico, que fue apartado con la llegada de Lopetegui el verano pasado, regresa así a Italia, el principal motivo de su marcha del conjunto blanco.
No sólo va a tener que retocar Zidane la plantilla de jugadores del Real Madrid de la campaña 2019-20. También su cuerpo técnico. Antonio Pintus (Turín, 26-09-1962), preparador físico del Madrid desde el verano de 2016, se marcha al Inter de Milán de Antonio Conte. El preparador físico ha aceptado una oferta del conjunto neroazurro y de esa manera regresará a Italia, algo que ya tenía en mente tras ser apartado el verano pasado con la llegada de Julen Lopetegui. Muy querido por la mayoría de la plantilla, ésta pidió su regreso con el cambio de Solari (octubre de 2018) y ha sido el preparador del equipo durante el tramo final de la pasada campaña.
Pintus llegó al Madrid en el verano de 2016, tras recibir una llamada de Zidane justo cuando había comenzado la pretemporada con el Olympique de Lyon, donde había firmado por tres temporadas. Pintus, curiosamente, había estudiado su licenciatura en Lyon. El contrato que le ofrecieron (indefinido, que con la legislación vigente en Francia, le liberaba automáticamente) y las buenas relaciones entre Florentino Pérez y Jean-Michel Aulas (presidente del Olympique de Lyon) hicieron posible la llegada del veterano preparador, poseedor de una prolífica carrera: era el preparador de la Juventus de finales del siglo XX (allí coincidió con Zidane y Conte).
Amante del running, era habitual verle correr antes de las sesiones de entrenamiento (suele correr unos 20 kilómetros diarios). También trabajaba en el gimnasio: “Es importante que los jugadores me vean trabajar para dar ejemplo”, afirmaba en una entrevista al canal televisivo madridista. No en vano, la carrera continua, esencial para formar la base aeróbica, es un elemento cada vez más desterrado por los preparadores físicos modernos, pero muy presente en el librillo de Pintus: jugadores como Marcos Llorente o Marcelo sufrieron en sus carnes el látigo del preparador, pero como casi todos los jugadores, estaban encantados con su trabajo. A ese manual de sargento le unía una gran cantidad de psicología: sabía tratar perfectamente al grupo, amén de aconsejarles en hábitos alimenticios y otras cuestiones de preparaciones físicas.
La imagen más reveladora del cariño que le profesaba la plantilla la tuvo Marcelo este año en Champions League. El brasileño marcó en el Bernabéu ante el Viktoria y corrió al banquillo para celebrar el gol con Pintus en su regreso a la normalidad. Otros como Isco valoraba su trabajo de esta manera: “Nos prepara como aviones”, dijo. Ahora, Zidane necesitará encontrar otro preparador físico para preparar a sus jugadores como aviones.