Juanma somete al Recre y asciende al Fuenla a Segunda
Primer ascenso en sus 44 años de vida. El Colombino se llenó, pero los nervios fueron locales. El Decano sólo logró empatar en el tiempo de añadido con gol de Caye.
El Fuenlabrada escribió su capítulo más glorioso en 44 años de vida consumando el ascenso a Segunda frente a un Goliat del fútbol español como es el Recreativo. Lo hizo en el hogar del Decano, un estadio con hechuras de Primera encerrado en Segunda B que se llenó para soñar con una gesta imposible tras el 3-0 de la ida. Tarde para la épica que no le importó a este irrespetuoso David madrileño, victorioso en su tercer play-off consecutivo. Los tres primeros de su historia.
El Fuenla ha hecho de su temporada un suave transcurrir de regularidad anclada al esfuerzo y el orden. Virtudes que anidan en los 185 centímetros de Juanma. De la cabeza del capitán nació el gol que puso definitivamente a su club en el fútbol de élite y zanjó la eliminatoria con sorprendente facilidad.
Y eso que la tarde se intuía infernal. Tensión colgada de cada una de las 21.000 gargantas que desde las gradas prometían enterrar al enemigo azulón en una encerrona de camisetas rayadas. Hervía el Colombino mientras canturreaban los visitantes, desposeídos de rigidez. Los de Mere inocularon los nervios en un rival al que domaron con analgesia esférica. En la caldera onubense (de temperatura, de ambiente) el Fuenla danzó sobre un glaciar de sangre fría.
Ataviados con zamarras rojas, sus chicos fueron un ejército de compromiso que exudaba solidaridad. Sólo Caye, una anguila desatada, asustó a un Biel que demostró por qué es el portero menos goleado de España. Tuvo varias hasta que Tropi en el 45’ concedió un córner cocinado por los fantasmas del miedo que Juanma cabeceó con la gloria engominando su testa y un brazalete tatuado en la piel. Era el séptimo del curso para este central alicatado en defensa, superlativo en ataque.
La reanudación dio al Recre ánimos para buscar al menos un triunfo que se escapó entre ocasiones precipitadas y desesperación. Barroso, en el 79’, mandó al palo el gol de la honra que sí marcó Caye ya en el 92’. Ahí murió el partido, que no el Decano, al que le queda otra vida (continuará en el play-off) mientras su enemigo festejaba el ascenso a los cielos. El Fuenla es de Segunda.