Valverde, más en el aire que nunca
Su entorno y el del Barça dan por hecha su sustitución. Roberto Martínez y Koeman, en la pole. Valverde podría irse después de ganar dos Ligas en dos años.
El puesto de Ernesto Valverde como entrenador del Barça está más en el aire que nunca. Después de que RAC1 anunciase anoche que Roberto Martínez es el favorito número uno para reemplazarle en el cargo de entrenador aunque suenan más nombres como el de Ronald Koeman, los acontecimientos se van precipitando en Can Barça. El entorno del técnico y el del club anuncian que la relación entre las partes está a punto de romperse. Pese a que el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, había ratificado hasta dos veces a Ernesto Valverde, la última el pasado jueves ante el Senado azulgrana, las palabras se las llevará el viento y el club azulgrana destituirá al Txingurri.
Valverde, que se ha ido a descansar unos días con su familia, se sentía con fuerzas para seguir pese al tremendo palo de la final ante el Valencia. Parece que las encuestas han pesado mucho en Bartomeu, que teme que la situación se vuelva contra él. Valverde, sexto entrenador del Barça que ganaba dos Ligas en sus dos primeros años como técnico, algo que no hicieron técnicos como Cruyff entre otros, era el señalado por los sondeos de los periódicos de Barcelona y da la sensación de que la entidad azulgrana cogerá por la calle de en medio.
La decisión del Barça es de un enorme calado. La relación de Valverde con el vestuario era óptima y no es un vestuario cualquiera. Convivir con leyendas como Messi, Piqué o Busquets y jugadores de palmarés amplísimo como Rakitic, Suárez, Alba o Ter Stegen por poner un ejemplo es de una dificultad máximo. Si lo que pretende Bartomeu con esta decisión es agitar su vestuario, aumentar el nivel de entrenamientos de la plantilla, su preparación física y la competencia entre jugadores, deberá contratar a un entrenador con carácter y este tendrá que saber a lo que se enfrenta. Pero parece que es la decisión que ha tomado el Barça. Prescindir de Valverde y de una buena convivencia que incluso ha tenido buenos resultados pese a los terribles mazazos de Roma, Liverpool y Sevilla conlleva unos riesgos intrínsecos que el presidente del Barça debe medir muy bien.