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Josh Harris: un adicto al trabajo que asesoró a Donald Trump

El empresario de 54 años es propietario de los Philadelphia 76ers desde 2011. Compró la franquicia por 280 millones: en ocho años ha cuadriplicado su valor.

Actualizado a
Josh Harris, propietario de los Sixers, saluda a Joel Embiid.
MARIANO POZODIARIO AS

Las enfermeras dijeron que cuando nació, Joshua Harris (1965) no paraba de mirar todo lo que había a su alrededor. "Desde el primer día, no durmió", afirma Sylvia Harris sobre su hijo, el nuevo propietario del Alcorcón (según la Cadena Ser). Criado en Maryland, Josh fue al colegio en Philadelphia, en plena era Doctor J (Julius Erving) y el flechazo con el baloncesto y los Sixers fue inmediato tal y como reconoció en una entrevista en As.

"Me enamoré del equipo. Después tuve la suerte de alcanzar el éxito en los negocios. En 2011 el anterior propietario quiso vender la franquicia, así que di el salto", comenta el cofundador de Apollo Global Management: un grupo inversor con más de 40 compañías y aproximadamente 350.000 empleados. Administra 113.000 millones de dólares en activos. "Fue emocionante. Como emprendedor vi una buena inversión que me iba a reportar destacados beneficios y con la que me iba a divertir. Pero aún más importante fue sentir la oportunidad de reconectar con Philadelphia, mi ciudad, y devolverle lo que me dio".

Y no falló. Compró los Sixers por 280 millones de dólares (casi 250M€) y en ocho años ha cuadriplicado la inversión. Su voracidad en el deporte no queda ahí: también es propietario de los New Jersey Devils (NHL) y posee el 18% de las acciones del Crystal Palace inglés. Tanto en el deporte como en la vida sigue una máxima que se divide en tres partes: primero la educación, segundo la construcción de la riqueza y el tercero "devolver" a la comunidad lo que esta le ha ofrecido y le ha dado.

Administración Trump

Casado con Marjorie Harris (a la que conoció durante su MBA en Harvard tras estudiar en la Universidad de Pensilvania), el multimillonario es padre de cinco hijos y un adicto al trabajo. Una faceta, esta última, que comenzó a desarrollar a muy temprana edad por culpa de una leve dislexia: para superarla desarrolló unos hábitos de trabajo poco habituales y estajanovistas. "Es sólido, como un árbol", describe Marjorie a su marido, que tiene una fortuna de más de 3.000 millones de dólares.

Nieto de un electricista, Josh, un hombre orgulloso de su físico, que muchos asemejan con el Robert Kennedy, se considera republicano "moderado" y "pragmático" y pensó seriamente en postularse a un cargo político. Finalmente, se echó atrás, decidió que podría lograr más desde fuera que desde dentro de la política. Un postulado que no le impidió asesorar al presidente Donald Trump sobre política de infraestructuras. Se le llegó a ofrecer un puesto en la Administración que él rechazó.