El último paseo triunfal de la gabarra cumple 35 años
Dani, Goikoetxea, Urtubi y Liceranzu recuerdan el triplete que alcanzó el Athletic en la temporada 1983-84. Toda Bizkaia se echó a los márgenes de la ría para saludar a los campeones.
Ayer se cumplieron 35 años desde la última travesía que realizó la gabarra por motivos deportivos, remontando la ría y encontrándose con dos mareas: la del Nervión y la de un pueblo entregado a un doblete histórico. De una población en Bizkaia de 1,2 millones de personas, se echaron a los márgenes de aquellas aguas por entonces color de chocolate un millón de seguidores. El triplete nacional de la campaña 1983-84 no merecía menos. Desde entonces, la sala de trofeos del club sólo se ha alimentado con una Supercopa, en 2015, un trofeo valioso pero sin el peso de Liga, Copa o Europa League.
A las 15:30 horas salió la plataforma flotante desde Las Arenas. Le esperaban 15 kilómetros. Goikotexea, Dani, Urtubi y Liceranzu recordaron ayer aquel episodio, reunidos por Cope Bilbao. “Estábamos en una nube, aunque el año anterior ganamos la Liga y sabíamos de qué iba. Te vas dando cuenta a medida que pasa el tiempo”, arranca Goikoetxea para poner las cosas en su sitio. “En la primera Liga, en 1983, habían transcurrido casi 30 años desde el último título y eso quiere decir que no era fácil”, puntualiza Urtubi.
Aquel equipo que dirigía Clemente estaba lleno de amigos. “Para relajarnos hacíamos una raya en el campo y echábamos una moneda -relata Liceranzu-; el que se acercara más a la línea, se las llevaba todas. Estábamos juntos a todas horas, no como ahora que se meten en la habitación a jugar a la play y cada uno va a lo suyo”. Dani es un volcán de anécdotas: “Antes de la final de Copa del Bernabéu contra el Barça, en el hotel Mindanao, vino en la comida uno de Ea que nos conocía y soltó: ‘Mucha patata y poca merlusa”. Eso a las dos, a la hora de comer, y jugábamos a las ocho y cuarto. El maître se quería morir.
Dani prosigue que ni por asomo se pensaban que los márgenes del Nervión iban a verse tan desbordados, “mucho más que en el 83”. La invasión comenzó en la escalerilla del avión en la antigua terminal de Sondika. La idea del paseo en gabarra se le ocurrió a Cecilio Gerrikabeitia, presidente de honor de la Sociedad Coral de Bilbao; él se la trasladó al gerente del club, Fernando Ochoa. “Le dio forma por la canción ‘Por el río Nervión bajaba una gabarra...’ No sabían cómo hacerlo para que todos nos pudieran ver y esto funcionó”, relata el exdelantero. “Recuerdo a gente en los astilleros, en las grúas, a 50 metros de altura; y las monjas fuera de los colegios...”, dibuja Liceranzu, quien recuerda que hizo bueno durante dos días y eso ayudó. Los centros escolares cerraron aquel 7 de mayo. En 1984 los jugadores asistieron a la celebración con camisas rojiblancas, que les confeccionó el prestigioso sastre Juan Manuel. “En 1983 cada uno llevó la suya”, ríe Dani.
En la embarcación no daba tiempo a mucho. “Ni nos mirábamos. Estábamos a otras cosas, el barco se movía”, alerta Urtubi. Tarareaban el nuevo himno. La gabarra llegó a Casco Viejo, donde recogió a la comitiva un camión para llevarla a Begoña. “La primera Liga fue emocionante, inesperada, en Las Palmas... tardamos dos días en llegar a Madrid, mejor que no nos vieran antes”, refresca Urtubi. “Las Palmas podía bajar en aquel partido y ni lo sabíamos”, coinciden.
En el balcón del ayuntamiento todos trataban de tocar la Copa, “porque Dani la llevaba custodiando casi desde que salió de la Federación”, se queja Rocky Liceranzu. “Cumplía órdenes”, replica el protagonista. Goiko se pone nostálgico: “No vamos a ver muchas más de estas. Va pasando el tiempo, si zarpa otra ya nos podían poner una gabarrita a nosotros por delante”. Y Urtubi apostilla: “Cada vez estoy más convencido de que el Athletic ganó porque tenía un equipo buenísimo, porque si no es imposible ganar un campeonato de Liga... ganas el Carranza. Hasta Zidane la aprecia, es el torneo de la regularidad”.