Un tanto para la esperanza
El gol de Ibrahima permite al Oviedo mantenerse vivo, aunque no puede volver a fallar.
Los cálculos del Oviedo pasaban por sumar todos los puntos en casa y tratar de arrancar lo que pudiera en los desplazamientos. La visita del compacto Granada ha provocado que los cálculos se vean afectados. El conjunto nazarí estuvo cerca de llevarse el triunfo tras adelantarse con un gol de Fede Vico, pero Ibrahima apareció en el tramo final para, de zurdazo inapelable, igualar el choque. El tanto del senegalés significó el empate, un mal menor viendo cómo se había puesto en encuentros, y permite a los azules seguir soñando con el play-off de ascenso.
Pero a partir de ahora el margen de maniobra se se estrecha. Los azules se alejan a tres puntos del sexto clasificado por lo que deberán coleccionar el máximo número de puntos en las cinco semanas restantes. El primer duelo, ante el Málaga en La Rosaleda, se presenta como decisivo en las intenciones azules de recuperar el terreno perdido. El rendimiento como visitante del Oviedo esta temporada funciona como el mejor aval posible.
Las conclusiones en el vestuario azul siguen un discurso optimista, en la línea del que ofreció el propio Sergio Egea, que admitió que al equipo le había podido la ansiedad tras el tanto del Granada. Aunque el juego se atascó en la segunda mitad, la actitud de los futbolistas azules fue ejemplar. Incluso, tras el tanto de Ibrahima, el equipo pudo hacerse con el triunfo con dos ocasiones claras. Queda demostrado una vez más que el equipo sigue creyendo en sus opciones, incluso en las jornadas en las que las cosas no salen como se desea. Ganar en Málaga sería el camino adecuado para que las opciones al éxito aumenten. Todo lo que no sea un triunfo en La Rosaleda complicaría las cosas para los azules.