La desconexión de Bale: no volvió en el autobús del equipo
El galés se marchó de Vallecas por su cuenta después de ir al autobús a recoger su cena. Desde el club justifican que es una práctica habitual...
Bale añadió en Vallecas una nueva polémica a su historial: no regresó en el autobús junto al resto de sus compañeros. El galés fue de los primeros en salir del vestuario, pero no se fue en el autobús junto al resto, sino por su cuenta.
Bale fue hasta el autobús a recoger la caja de comida habitual tras un partido. Con una gorra para taparse la cara, la recogió y se marchó. Fuentes del Madrid consultadas por As quisieron restarle importante. Aseguran que tiene permiso y no es la primera vez que lo hace. Es una práctica que no es novedosa. Los jugadores del Madrid, en principio, tienen libre hasta el miércoles. Aunque el resto de futbolistas sí utilizaron el autobús para regresar a Valdebebas...
Sólo hay alguien a quien se le está haciendo este final de temporada más largo que al propio Zidane. Bale lleva su propio suplicio a cuestas. En Vallecas alcanzó una nueva cota negativa y lo suyo empieza a ser una paradoja diabólica para el Real Madrid. ¿Es mejor que juegue para que no pierda valor… o perderá más valor precisamente si sigue jugando así?
Un dilema que atenaza ahora al Madrid aunque más ahoga la realidad diaria. Quiere hacer caja con él pero al Bernabéu no llegan ofertas por Bale. Gana 15 millones netos y su agente ya se ha encargado de ir deslizando por la prensa británica que su representado quiere 19M€ anuales por volver a las Islas. Una petición demasiado optimista, por lo que se ve.
Bale tiene problemas en todas las esferas, de arriba hacia abajo, en el Madrid. Ya no sólo el madridismo abuchea a Bale desde que suena su nombre por megafonía. Zidane también se niega a defenderlo. '¿Cree que Bale tiene la cabeza puesta en el Madrid?', se le preguntó en la Sala de Prensa. "No lo sé, eso tendréis que preguntárselo a él". Difícil saber dónde tiene puestos sus pensamientos porque el galés ni siquiera volvió en el autobús del equipo.
Sin Benzema, Zizou le dio libertad para ser más punta que otros días. Ni por ésas. En los segundos previos a que el VAR interviniese para mostrarle a González Fuertes el penalti de Vallejo a Guerra, Bale falló un mano a mano ante Alberto por querer superarle golpeando la pelota con el exterior. Síntoma, quizá futbolístico, de dónde tiene el galés su mente…
Aún más sangrante porque en su última visita a Vallecas hizo un doblete. Ha masacrado regularmente al Rayo, su víctima favorita desde que llegó a España (nueve goles). Lo de este dragón sin fuego no queda sólo en las estrecheces del feudo franjirrojo, que esta vez le ahogaron. No marca desde el 16 de marzo (al Celta, el 'redebut' de Zidane) y son 396 minutos de sequía. Tampoco está asediando las porterías rivales, sólo nueve disparos desde aquel último tanto hace mes y medio. En el Coliseum esta misma semana ni se asomó a David Soria. El entorno del galés dice que quiere quedarse en el Madrid, el fútbol del jugador expresa todo lo contrario.