Los últimos cuatro partidos marcarán el rumbo del nuevo proyecto de la Real Sociedad
Aunque Aperribay se afane en confirmar la continuidad de Alguacil, un descalabro en la recta final liguera pone en entredicho que vaya a ser el entrenador de la nueva Real.
El efecto revulsivo de Imanol Alguacil se ha quedado en agua de borrajas. Lamentablemente para la Real Sociedad. Porque cuando el oriotarra cogió al primer equipo realista, tras la destitución de Asier Garitano, parecía que volaba para enderezar una temporada discreta hasta entonces y que Europa no andaría lejos esta vez. Pero su luz inicial se ha ido apagando hasta entrar en una crisis absoluta en el momento decisivo en el que la película se decide. Y su futuro, que debería estar asegurado al tener otro año de contrato, no parece estarlo tanto. Porque los últimos cuatro partidos de LaLiga van a marcar el rumbo del nuevo proyecto de la entidad donostiarra para la campaña venidera. Y eso también pasa por el banquillo. Incluso por la Dirección de Fútbol, cuya labor está puesta en tela de juicio por el rendimiento ofrecido por los refuerzos de la actual plantilla. La recta final puede convertirse en toda una reválida para Imanol Alguacil.
Nadie duda del realismo del oriotarra, de su sentimiento txuri-urdin, y de cómo sufre cada cosa que le ocurre alrededor del primer equipo que dirige. Esto está fuera de toda duda. También su capacidad. Ahí está su trabajo, muy notable y loable, con la cantera, especialmente el filial, y en el primer equipo sacando del atolladero a la Real ya en dos ocasiones. Pero le falta dar un paso más, el de confirmar todas esas buenas intenciones y ponerles brillo. Y eso le está costando. Tanto que ahora mismo atraviesa por la peor racha de la Real en toda la temporada, peor incluso que la que se llevó por delante a su antecesor, Garitano. La Real de Alguacil ha sumado sólo una victoria en los últimos diez partidos. De hecho, el equipo txuri-urdin es colista en una hipotética clasificación de esas diez jornadas. Esa racha acabaría con cualquier proyecto de Primera. Lo curioso es que esta penosa dinámica ha sobrevenido a la Real sin que nadie lo esperase. Y que con Imanol Alguacil se sumaron 15 puntos de los primeros 21 posibles, un gran dato que le permitió situarse a sólo tres puntos de, nada más y nada menos, de la Champions. Se había ganado el derecho a soñar. Pero de pronto todo se ha ido al traste. Tanto que de los 30 puntos siguientes posibles que había en juego, la Real sólo ha sacado 7, lo que le ha dejado a 11 puntos del sextos clasificado.
Esta crisis tremenda que ha hecho que los números de Imanol Alguacil se equiparen con los de Asier Garitano en la primera parte de la temporada al frente de la Real, Con Garitano, el conjunto donostiarra sumó 19 puntos en 17 partidos. Y con Alguacil en el mismo número de encuentros, se han sumado sólo tres más, 22 puntos. Esa es la dura realidad de una campaña que está siendo insoportable, especialmente en el nuevo Anoeta. Justo en la temporada en la que desaparecían las pistas de altetismo, la Real ha sacado 21 pírricos puntos de 51 posibles. Ahí está el principal problema de la temporada, la razón por la que se ha quedado ya sin opciones europeas, rezando ahora por que los de abajo no sumen muchos puntos para verse agobiado de forma inesperada e innecesaria en esta recta final.
Serán cuatro partidos que van a marcar el futuro de la Real en lo deportivo. Porque un mal fin de Liga, perdiendo todo lo que hay en juego, puede provocar que haya decisiones drásticas de cara al curso que viene. Desde dentro deslizan tranquilidad y confianza en las personas que lideran la nave txuri-urdin. Nadie pone en duda la continuidad de Alguacil, del que dicen tiene contrato y luego achacan la mala racha que sufre a las muchas bajas que está sufriendo el equipo realista en este tramo de la campaña. Pero nadie apuesta a que no pase nada si la Real no levanta esta dinámica de un triunfo en diez partidos. Aunque no lo parezca, Imanol sí se está jugando su continuidad al frente de la Real. La temporada la va a terminar. Eso es seguro. Pero la siguiente... a no ser que cambie la cosas, no está tan claro, aunque tenga otro año de contrato. El que parece no peligra es Roberto Olabe al frente de la dirección de fútbol. Aperribay tiene plena confianza en su trabajo, pese a los rumores de las últimas hora de que se han pensado en su destitución. Eso sí, su crédito también se lo juega preparando el siguiente proyecto. Otro año gris como éste no sería aguantado en la planta noble de las oficinas de Anoeta.