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GIRONA

El Girona se acerca al abismo cinco años después

No caían hasta los puestos de descenso desde la 2013-14. El entrenador que sacó al equipo del descenso, obrando casi un milagro, fue Pablo Machín.

El Girona se acerca al abismo cinco años después
MIGUEL ANGEL SANTOSDIARIO AS

Si la Liga acabara hoy, el Girona descendería a Segunda División. Una situación crítica, a la que se ha llegado tras una dinámica muy mala en Liga, y que es desconocida por la mayor parte de la plantilla del Girona: el equipo no estaba en puestos de descenso desde la penúltima jornada de la temporada 2013-2014. Hace prácticamente cinco años de dicha fecha, en la que el equipo luchaba por evitar el descenso a Segunda B. Mucho ha llovido desde entonces.

El entrenador que sacó al equipo del descenso, obrando casi un milagro, fue Pablo Machín. Llegó a 13 partidos del final del campeonato, tras dos entrenadores fallidos y salvó al equipo. Un equipo del que prácticamente no queda nadie cinco años después: solo Ramalho y Pere Pons siguen en el primer equipo mientras que Coris (aunque cedido en el Nàstic) sigue en el club. Ninguno de los tres, además, era habitual titular por aquel entonces.

Y si el Girona quiere evitar este curso el descenso bien haría en mirar lo que hicieron sus antecesores en la temporada 2013-2014. El primer Girona de Machín, en el que ya implementó la defensa con tres centrales, realizó un final de temporada completamente inesperado y salvó el curso con una racha final estupenda. De los últimos cuatro partidos, los mismos que quedan ahora, ganó dos, empató uno y perdió otro. Siete puntos de 12 posibles, unos guarismos que permitirían casi seguro a los de Eusebio firmar la permanencia: se irían hasta los 41 puntos, cifra que no la garantiza, pero que prácticamente la asegura.

La situación de 2014, pese a estar también el equipo en puestos de descenso, era muy diferente de la de hoy en día. En primer lugar, e importante, porque aquel era un equipo acostumbrado a luchar por permanecer en Segunda. En las temporadas en la categoría de plata previas a la llegada de Machín (y obviando el curso de Rubi al mando del equipo) el Girona era un conjunto que peleaba por mantener la categoría. Una meta que tenían los futbolistas desde la jornada uno, y que la clasificación se encargó de recordar fecha tras fecha: al contrario que en este curso, aquel Girona vivió constantemente en puestos de descenso, sabedor del esfuerzo necesario para salir de ahí.

Ahora, en cambio, el equipo ha llegado a la antepenúltima posición cuando prácticamente se veían salvados y en una temporada donde los más optimistas miraban a la séptima plaza en lugar de a la decimoctava. Y es que las dinámicas de ambos equipos también son opuestas. En 2014 el Girona encaró los últimos cuatro choques tras haber sumado no solo varios puntos (11 de los últimos 18 puntos en lugar del 0 de 18) sino con un equipo renovado mental y deportivamente. Machín cambió el esquema, cambió los jugadores y cambió la mentalidad del club. Con el tiempo, de hecho, cambió la historia de la entidad. Ahora en cambio se apuesta por la continuidad de Eusebio para salvar una temporada que se ha complicado mucho.