¡Respiren, que la tiene Cazorla!

Cada vez que tiene la pelota Cazorla, es el momento clave para que los sufridos aficionados del Villarreal cojan aire y disfruten un segundo. El centrocampista hace de cafinitrina para los castigados corazones amarillos, siendo el momento en el que las pulsaciones aceleradas se frenan y, ralentiza la taquicardia. Es el momento en el que sabes que no puede pasar nada malo, que lo que salga de sus pies será un alivio para el equipo y para la grada. Verlo controlar, pasar, regatear, dormir el partido o acelerarlo según convenga, hace que tengas el tiempo para tragar saliva y, saber que lo que va después, no será un sobresalto. Lo que está haciendo Cazorla por los corazones amarillos no se paga con dinero, ni lo podría prescribir la Seguridad Social. Solo hay que ver los dos controles en la recta final del partido con el Leganés: pinchando dos melones que caían de la estratosfera.

Es el que deja detalles de clase y de calidad. Mira si hace cosas de nivel, que a pesar del acojono y agonía, todavía queda tiempo para saborearlos. Lo de Cazorla no es espectacular por su calvario, o por ser un jugador que estaba acabado; que lo es. Lo de Cazorla es espectacular por ser el mejor, sin más. Así que lo que deben hacer los aficionados del Villarreal es aprovechar cada vez que la tenga Cazorla, y hacerlo al máximo. Aprovechar para coger aire a todo pulmón y no perder ningún detalle.