Agustín Herrerín el 'guardián' del Bernabéu

Tenía su despacho a la entrada de los vestuarios y por allí pasaban, le saludaban o se sentaban en la silla delante de su mesa para contarle sus cosas. Su puerta siempre estaba abierta. Era un consejero, además de delegado del Madrid, al que todos adoraban.

Debido a una enfermedad, se alejó del primer plano en verano de 2017

Su carácter cercano le convirtió en una de las figuras más queridas por el vestuario.

Con Sergio Ramos y Marcelo al frente, el club le ofreció un cálido homenaje en octubre pasado aprovechando una mejoría en su salud. Recibió una camiseta, una réplica del estadio en plata y una ovación del madridismo.

Agustín Herrerín dejó imágenes para el recuerdo, como su agradecimiento, llorando de la emoción, cuando Cristiano le ofreció ante todo el madridismo uno de sus Balones de Oro. "Me temblaban las piernas", diría después Herrerín.

Agustín Herrerín dejó imágenes para el recuerdo, como su papel como héroe anónimo en el famoso incidente de la portería contra el Borussia Dortmund en las semifinales de la Copa de Europa de 1998

Agustín Herrerín llevaba en el Madrid desde siempre. Fue delegado de equipos de categorías inferiores. Cuando Raúl empezaba a despuntar era el delegado de aquel Madrid B y C.

En 1996, Lorenzo Sanz le encomendó que estuviera junto a los recién llegados: Roberto Carlos, Seedorf, Mijatovic o Suker. Para Seedorf fue como su segundo padre.

Para Cristiano era una de las personas más importantes en el Real Madrid. Siempre que ganaba un título individual quería una foto con él y su trofeo.

En la retina de todos está como Silvino Louro, ayudante de Mourinho, le arrolló y le tiró al suelo por una protesta. El portugués le pidió perdón por aquello.

Tiene una peña madridista con su nombre en Mazarrón y una avenida en esa misma localidad, su lugar de descanso en verano.

Agustín con Robinho

Agustín con Capello