El Extremadura abochorna al Málaga y deja señalado a Muñiz
Los de Mosquera sacaron los colores a un Málaga que sigue dando pena. La Rosaleda pidió la marcha de Juan Ramón Muñíz, cuya continuidad está en peligro.
El Málaga se desploma y el Extremadura sigue en pleno y gozoso ‘efecto Manuel Mosquera', que le ha sacado del descenso en espera de lo que haga el Lugo en Córdoba. Los malagueños, que siguen en caída libre y sin frenos, fueron incapaces de dar un mínimo de réplica al equipo de Almendralejo, que fue muy superior y que no ganaba fuera desde el 17 de noviembre. Fue en Reus (1-4). Sexto partido consecutivo de los blanquiazules sin ganar ante su gente. Cuatro puntos de 18. La grada estalló y pidió la marcha de Muñiz y del presidente, Al Thani. La continuidad del técnico corre serio peligro.
Desde el minuto uno se vio lo que sería el destino del evento. La primera media hora del Málaga fue sencillamente insoportable. Para no variar, los únicos argumentos del Málaga eran el saque de banda, con Luis Hernández en busca de milagro a base de bíceps, y el individualismo de Ontiveros. A los 29’ gol anulado a Ortuño que estaba en fuera de juego. Dos minutos después, falta de Lacen a Bastos. Álex Díez lanza el indirecto con maestría y Lolo González, anticipándose a Munir que salió fatal, cabeceaba al fondo de la red. 0-1. Alegría para los más de 600 extremeños y estupor para la sufrida y paciente parroquia blanquiazul.
El Extremadura jugaba a placer y el Málaga daba pena. Solo Mula hizo trabajar a Casto a los 37’ con un disparo sin apenas ángulo muy bien interceptado por el portero de Villanueva de Guadiana. Murmullos y runrún en La Rosaleda. La afición empezaba la famosa ‘fase de la disconformidad y el enfado’ exigiendo al equipo ‘atributos masculinos’ con la rupestre contundencia por todos conocida. Se llegó al descanso y la pitada con que fue despedido el Málaga fue colosal.
Para paliar el caos Muñiz decidió sacar a Jack Harper (futuro jugador del Getafe) por Erik Moran, que estuvo mal. En apariencia el Málaga salió con otro aire. Paradón de Casto a Mula nada más arrancar la segunda mitad. En treinta segundos, más corazón que en todo el funesto periodo anterior. A los 50’ Harper asistió de maravilla a Leschuk quien de cabeza empató el partido. Su octavo gol.
El Málaga aparentaba pasar de brisa a tornado. Los de Manuel Mosquera trataban de sacudirse los nuevos bríos de su oponente. En apariencia estaban en ello y los de Muñiz retomaban la senda de la mediocridad y humo. A los 72' Zarfino, absolutamente solo, cabecea a placer. Paradón de Munir. Poco después Muñiz apostaba por la velocidad del marroquí del filial, Atlético Malagueño, Hicham. Y a los 75’ el Extremadura volvió a sembrar a la Rosaleda de desazón y pesar con un disparo de Pardo que se tragó Munir tras otra jugada procedente de un balón parado. 1-2.
Y La Rosaleda estalla. "¡Muñiz, vete ya!". El entrenador, sentenciado por la afición. También recibió jarabe de palo Abdullah Al Thani y para los jugadores: "¡Esta camiseta no la merecéis!". "¡Jugadores mercenarios!". Muy desagradable.
La serenidad del Extremadura le dio tres puntos más que merecidos que le ayudan a salir del descenso a la espera de lo que haya este domingo el Lugo en Córdoba. El Málaga se despide virtualmente del subir directo y no tiene más remedio que agarrarse al clavo ardiendo de las eliminatorias de ascenso que a este paso se le van a difuminar.