El Pucela merece más, pero Roque Mesa decide
El jugador canario tardó tres minutos en decidir el encuentro con un golazo desde fuera del área ante un Valladolid demasiado inocente.
Tres minutos tardó Roque Mesa en desequilibrar el partido, tres minutos en los que se pusieron en evidencia el presupuesto, los objetivos, el destino de los dos rivales en Zorrilla. Un Pucela que sufre, que le cuesta Dios y ayuda alcanzar la portería contraria y todavía más acertar (acumula ya 15 jornadas sin marcar), y que ya no es contundente, frente a un Sevilla que supo sufrir en la primera parte cuando los locales dominaron, que pudieron adelantarse al inicio de la segunda y que terminaron el trabajo en los últimos minutos con la salida del canario y la irrupción del jovencísimo Bryan. Por eso, unos miran cara a cara ya al descenso y los otros a la Champions.
En la primera parte, el Real Valladolid salió concienciado de su necesidad. Fue capaz de meter en su área al Sevilla y Soriano tuvo trabajo en la primera media hora, pero sin fortuna para los locales. Con Moi entrando con facilidad por su banda, el canterano del Sevilla que juega en el Valladolid, llevó mucho peligro y colocó varios balones en posiciones de remate. Este buen inicio tuvo un pequeño inciso con un remate de cabeza de Mercado, a la salida de un córner, que se estrelló en el larguero. Otra vez por arriba, otra vez con un Masip metido bajo los palos. En la portería contraria Plano y Olivas lo intentaron, pero se encontraron con Soriano y el palo. Anuar y Keko tampoco consiguieron batir al meta sevillista por centímetros en unos minutos en los que el campo parecía volcado hacia ese área. Todo este torrente de juego se vino abajo con el gol de Ben Yedder, otra vez, a la salida de un córner. Masip no salió y el jugador francotunecino marcó de cabeza. El VAR, sin embargo, anuló el gol por un empujón en la primera decisión a favor del Valladolid en cuanto a goles anulados. Los sevillistas se adaptaron mejor a estos minutos y Banega puso en dificultades al portero pucelano con un tiro desde 40 metros.
La tendencia se prolongó en la segunda parte. El Sevilla salió con mucha fuerza, mientras que el Real Valladolid se hundió de la mano del bajón de Míchel. Ben Yedder falló debajo de la portería un pase de la muerte que envió a las nubes y Mudo Vázquez cabeceó fuera. Sergio reaccionó rápido y sustituyó al mediocentro valenciano por Waldo, la gran esperanza pucelana, que revolucionó el juego pucelano desde la banda izquierda. El pacense mandó un disparo a la escuadra con una gran parada de Soriano. También Plano tuvo otra ocasión con un pase del 7 pucelano, pero el disparo fue flojo. Entonces apretó el Sevilla, Munir puso a prueba a Masip, Mercado volvió a rematar de cabeza fuera, justo antes de que entrara Roque Mesa en el campo en el minuto 80. Casi en el primer esférico que tocó, agarró el balón cerca de la banda izquierda, se fue hacia dentro y disparó ajustado al palo, donde no llegó el portero pucelano. Se imponía la ley de Roque. Otro mazazo en los últimos minutos para el Pucela, tras el sufrido en Leganés, que buscó a Soriano sin suerte, volcado, lo que provocó la contra de Bryan por la izquierda que cedió a Munir para que este marcara el tanto de la sentencia en el descuento.
De esta manera, los pucelanos ya miran a los ojos al descenso, mientras que los sevillistas se cargan de moral y amplían el efecto Caparrós.
Sergio: "Hemos perdido una final de las ocho que nos quedaban"
El entrenador del Real Valladolid, Sergio González, aseguró que se siente "capacitado" para reconducir la situación del equipo, que se halla al borde del precipicio del descenso, para "conseguir el objetivo de la permanencia".
En este sentido, señaló que es su obligación "seguir trabajando, resetear de nuevo y analizar qué sucede con detalle, porque no solo falta definición, sino que tiene que haber algo más cuando se crean ocasiones pero se siguen perdiendo partidos y se dejan de sumar puntos".
González aclaró que él seguirá "trabajando al máximo para sacar todas las cualidades a cada jugador" y tiene "confianza ciega" en que lo va a conseguir, aunque sea "dando alguna colleja", pero encontrará de nuevo, como sucedió el año pasado para conseguir el ascenso, "dar con la tecla" y asegurar la permanencia.
Respecto al partido en sí, que finalizó con ese 0-2 favorable al Sevilla, reconoció que sabían que el rival, por su calidad, "sería mejor en la definición" y alabó el trabajo de su equipo durante la primera mitad, aunque no así en el inicio de la segunda parte con el que se mostró "cabreado".
"Tuvimos que entrar más fuertes, porque estamos en casa y nos estamos jugando mucho, pero con los cambios el equipo recobró vitalidad y se volvieron a crear ocasiones", analizó, al tiempo que consideró que el partido "estuvo igualado" pero "se sigue sin ganar y algo tiene que cambiar para conseguirlo".
En su opinión, el Real Valladolid, tras superar esos primeros quince minutos de "pájara", en los que no encontraban salidas con balón ni acciones de desahogo, tras los cambios lograron "aperturas por fuera y por dentro, controles y posibles llegadas" pero, el Sevilla, en una acción aislada de Roque Mesa, "terminó con el partido".
González apuesta por transmitir confianza a sus jugadores, porque la falta de victorias puede minar la moral y que se sientan "presionados", de ahí que haya insistido en la necesidad de otorgarles esa fe y fortaleza en ellos mismos, que parece que "desaparece en algunas fases". —EFE