1x1 del Celta: Aspas resucitó a un muerto
La estrella celeste firmó la que quizás haya sido su actuación más épica. Notable debut de Olaza. Brais no se achicó pese a los silbidos de una parte de la grada.
Rubén: Mantuvo a su equipo en el partido con dos intervenciones decisivas. Con 0-1 le sacó un mano a mano a Samu y después del 1-2 volvió a ganar un uno contra uno después de un error monumental de Hoedt. No pudo hacer nada en los goles.
Hugo Mallo: Demasiado revolucionado, acabó mucho mejor de lo que empezó. En la primera parte sufrió en defensa mientras que en ataque se precipitó en varias acciones. Asenjo impidió que el marinense firmara el empate en un córner sacado en corto y que el lateral resolvió con un derechazo.
Costas: No pudo mantener la buena línea de las últimas semanas. Falló en los goles del Villarreal: en el primero se le adelantó Ekambi y en el segundo no presentó oposición a la acción individual de Pedraza. Mejoró tras el descanso y firmó varias anticipaciones.
Hoedt: Inseguro. Su exceso de confianza estuvo a punto de costarle muy caro al Celta justo a continuación del 1-2, pero Rubén ejerció de salvador. Minutos después volvió a perder otro balón muy comprometido. Esos errores no le llevaron a esconderse y con un desplazamiento en largo lanzó la jugada del 2-2.
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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Olaza: Inexplicable que haya estado dos meses en la grada como suplente de Juncà. Se adueñó por completo de la banda izquierda en la segunda parte y sirvió en bandeja el 2-2. Tuvo que dejar su puesto en los últimos minutos por problemas físicos.
Okay: De menos a más. Desubicado en los primeros 45 minutos, eligiendo mal a la hora de salir a la presión, encontró su posición tras el descanso. Aportó despliegue y de una recuperación suya nació la acción del penalti decisivo.
Lobotka: Le costó, pero acabó reencontrando su fútbol. Cometió un par de pérdidas que eran impensables hace meses y en la primera parte estuvo tan a la deriva en la medular como Okay. Tras el 1-2 se hizo con la manija y dio fluidez.
Brais Méndez: Mucha personalidad. No se achicó a pesar de los pitos de una parte de la grada, que no le perdona ni el más mínimo error. En los primeros 45 minutos fue el más destacado del Celta. Buscó el gol con varios disparos peligrosos, uno de ellos despejado de manera espectacular por Asenjo en el segundo tiempo, y provocó el penalti. Físicamente se vacía en cada partido, aunque un sector de Balaídos cuestione su actitud.
Boufal: Su apuesta por la ruleta rusa es innegociable, da igual lo que haya en juego. Su inconsciente modo de entender este juego lo lleva a ser capaz de provocar la falta del 1-2, pero también a enredarse en desesperantes regates. Perdonó el 2-2 en una situación inmejorable. Fue el primer sustituido en el Celta.
Iago Aspas: Quizás protagonizó su actuación más épica, y eso es mucho decir. Resucitó a su equipo con un golazo de falta y a partir de ese momento desequilibró cada vez que entró en contacto con el balón. Su exhibición tiene todavía más mérito al venir de tres meses en el dique seco. La sangre fría que demostró lanzando el penalti desapareció al sentarse en el banquillo y romper a llorar.
Maxi Gómez: Maxigol está de vuelta. Sin duda es el jugador al que más le ha afectado la baja de Aspas. Marcó de la manera que mejor lo sabe hacer, con un cabezazo inapelable. Terminó el partido con problemas musculares tras luchar sin cesar durante los 90 minutos.
Sisto (sustituyó a Boufal): Entró poco en juego. Apenas desbordó y en los contraataques le faltó una pizca de velocidad. Le costó entenderse con Olaza.
Kevin (entró por Olaza): Saltó al terreno de juego en el minuto 88 para ocupar el lateral izquierdo y provocó una falta que le dio oxígeno a su equipo.
Cabral (relevó a Aspas): Escribá lo utilizó para jugar con cinco defensas en el descuento. En su única aparición ganó un duelo aéreo.