Waldo se hace mayor: "El grupo tiene ganas de ganar en casa"
El jugador pacense, ascendido del filial, ya se siente uno más del primer equipo y se muestra humilde para ofrecer su trabajo por el bien común: la permanencia.
Waldo Rubio es un futbolista feliz. Tras firmar en verano para jugar en el filial del Real Valladolid, renovó en este mes de marzo y ahora le llega la oportunidad de formar parte del primer equipo por la lesión de Pablo Hervías a quien el futbolista pacense quiso mandar un abrazo. El nuevo jugador de la primera plantilla explicó que "estoy muy contento y muy feliz por esta oportunidad que me ha dado el club" y reconoció que "sabía que había posibilidades, pero no esperaba que fuera a suceder tan pronto". El extremo zurdo señaló además que "sabemos todos que Primera es complicado, todos los jugadores de Tercera, Segunda B y Segunda sueñan con llegar donde he llegado y para nada esperaba llegar aquí".
El jugador extremeño explicó que "todavía no he hablado personalmente con el míster, pero por los entrenamientos que he hecho con ellos antes ya más o menos sé las cosas que necesita el equipo y esperando la oportunidad", a la hora de definirse explicó: "Soy un jugador rápido, que ayuda a mis compañeros en labores defensivas y lo único que pienso es en ayudar lo máximo posible y esperar a conseguir el objetivo de la permanencia", al tiempo que afirmó que "en pretemporada me salieron bien las cosas, pero tenía el problema de no ser sub-23. Aposté este año por jugármela aquí y, al final, me ha salido bien" y acabó explicando las diferencias entre el primer equipo y el segundo: "Se nota en el ritmo, el tipo de césped, de artificial a natural. Hay que acostumbrarse al ritmo, al balón, a los compañeros y al campo".
Waldo se mostró humilde al agradecer el trabajo de sus compañeros en el filial: "Sin su ayuda no hubiera conseguido esta oportunidad. Al final, en el día a día, me han ayudado mucho, si el equipo no fuera bien no podría aportar ciertas cosas y no me habría llegado esta oportunidad", reconoció que "tras la lesión que tuve en el tobillo ya he jugado tres o cuatro partidos con el filial y me veo capacitado para jugar con ellos cuando el míster me necesite" y analizó el partido del domingo ante la Real Sociedad: "Creo que será un partido difícil, el nivel de la categoría lo exige, pero el grupo está fuerte, tras la victoria en Eibar el grupo está tranquilo y tenemos ganas de ganar los tres puntos en casa".
Por último, reconoció que "espero dar muchas alegrías con el número siete" y que deja al filial, prácticamente, salvado: "La verdad es que hay compañeros que lo pueden hacer igual de bien que yo y no tengo dudas que el filial estará salvado en dos o tres semanas".