El Málaga revive fuera a costa de un Nàstic al límite
Dani Pacheco dio la victoria a los malacitanos, en un partido muy igualado que se decidió en la segunda parte.
La historia, como prácticamente cada fin de semana desde que llegó Enrique Martín a Tarragona, fue la de cada partido. El Nàstic salió bien al campo, generó ocasiones y compitió de tú a tú con uno de los grandes de la categoría pero volvió a perder. Una derrota que les acerca un poco más al abismo de la Segunda B, que parece ya inevitable. El Málaga, invitado este fin de semana a presenciar la tragedia grana, supo controlar mejor los tempos del partido: contemporizó, marcó y cerró el partido. A partir del gol de Pacheco se acabó el encuentro.
En las primeras dos acciones quedó patente que el Nàstic salió enchufado al partido, pues en la primera forzó una falta peligrosa al borde del área y en la segunda Luis Suárez no atinó con un remate franco. Dos acciones generadas por Pipa, el mejor grana ayer, que puso en muchos problemas a la defensa visitante. Con el susto ya fuera del cuerpo (la ocasión del Nàstic fue muy clara) el Málaga fue ganando protagonismo con el balón y, sobre todo, presencia en campo contrario. Sin un juego demasiado elaborado trataron de buscar a Leschuk y Harper con centros laterales pero ninguno de los dos consiguió nunca encontrar remate. Rondaron el área sí, pero sin peligro. Salva, un canterano que se vistió de veterano, les secó. Solo Ontiveros destacó entre las filas malaguistas.
El inicio de la segunda mitad fue un calco de la primera, con Pipa generando mucho peligro por su banda. Pero el Málaga, a diferencia del primer tiempo, sí consiguió generar peligro. Fue en una acción asilada, tras un gran control de Iván Alejo, cuando Blanco Leschuk controló, se giró y disparó desde dentro del área. Su disparo, violentísimo, se estrelló en el larguero. Fue la mejor acción visitante, mejor incluso que la que acabó convirtiéndose en el gol del Málaga: la fortuna se alió con Pacheco y su disparo, que iba fuera, acabó en la red tras un rebote. El Nàstic, noqueado, lo intentó hasta el final con más espíritu que fútbol.