El músculo social del Valencia
El Valencia sacó ayer su músculo, su principal razón de ser: su gente. Los actos en conmemoración del Centenario de la entidad han evidenciado lo que es el sentimiento de pertenencia, la pasión de ser del Valencia. Da igual que el equipo gane, empate o pierda, eso es algo coyuntural, parte del deporte. Ya se vio cuando el Valencia sufrió el único descenso a Segunda de su historia o cuando se levantó ganando dos Ligas a los varapalos emocionales de las finales perdidas en París y Milán. Ni tan siquiera importa que el máximo accionista sea de Ruzafa o de Singapur. El Valencia es de todos y su leitmotiv no se encuentra en una vitrina sino en el corazón de todos los que lo quieren.
La procesión cívica congregó a miles de personas y cada uno de los actos tuvo una emotividad inolvidable. Fue una jornada histórica, como se aventuraba con solo darse una vuelta por los múltiples monumentos falleros que han dedicado una escena e inclusive la falla entera al Centenario del Valencia. Fútbol y Fallas, pasión en estado puro. Claramunt, Kempes, Albelda... los nombres de todos ellos explotaron en una mascletà temática, única en su género. El músculo social del Valencia en su máxima potencia. No hay dinero que lo compre ni derrota que reste fuerza a su voluntad de querer llegar. Pasarán jugadores y presidentes, pero nunca se irá el sentimiento. Felicidades a todos, a los que están, a los que se fueron y a los que llegarán. Felicidades a la familia de Mestalla.