Linares le da una sufrida y vital victoria al Real Zaragoza
Un tempranero gol del aragonés pone el descenso a siete puntos y acaba con la exitosa racha del Elche. Los de Víctor se reencuentran con la victoria cinco jornadas después.
Respira otra vez el Real Zaragoza y se acaba la exitosa inercia del Elche. Un gol tempranero de Linares decidió un partido accidentado y sin lustre, pero de una relevancia mayúscula para el equipo aragonés, que se coloca de nuevo con siete puntos de ventaja con la frontera del descenso y se reencuentra con el triunfo cinco jornadas después.
El Elche se presentó en La Romareda a lomos de una notable racha de juego y resultados, mientras el Zaragoza, al que ya le apretaban las urgencias, salió a jugar aliviado por la derrota del Extremadura en Albacete en el último instante, y con las cuatro novedades anunciadas (Pepe Biel, Soro, Aguirre y Linares), además del recurso de emergencia del capitán Zapater como lateral izquierdo.
El equipo de Víctor comenzó como un trueno y, contra su costumbre de esta temporada, obtuvo un premio rapidísimo. Después de dos saques de esquina casi consecutivos, y sin que el Elche hubiera llegado a tocar el balón, Guitián sirvió en largo para Pep Biel y éste, rompiendo líneas, le puso un balón de oro a la cabeza del cazagoles Linares. Aún no se habían cumplido los primeros cinco minutos del partido y el Zaragoza se ponía por delante en el marcador. Verlo para creerlo.
Pero el Elche no acusó el golpe y contestó con un fútbol valiente y una catarata de ocasiones. Alexander González (6’), Yacine (18’) y Josan (21’) tuvieron el empate en sus botas durante un largo pasaje de dominio visitante en el que se lesionó Benito. Es como si al Zaragoza le hubiera mirado un tuerto, porque el historial de lesiones de esta campaña no tiene parangón en la historia reciente.
El equipo aragonés volvió a repuntar en el tramo final de la primera parte y Soro, siempre protagonista, tuvo la sentencia en un rechace ante Edgar Badía.
El partido redujo sus revoluciones en la segunda parte y, con el reloj corriendo ya a toda velocidad para el Elche, Pacheta movió su banquillo con un doble cambio: Tekio y Borja Martínez relevaron a Alexander e Iván Sánchez para agitar las dos bandas. Una solución táctica a la que respondió Víctor Fernández dando entrada a Javi Ros por Pep Biel para darle oxígeno y control al centro del campo.
A un cuarto de hora del final, Pacheta sacrificó al veteranísimo Nino, en noche de ausencia frente a la firmeza de Guitián, y se jugó la última baza con la entrada de Carlos Castro. Pero el Elche no fue capaz de comprometer nunca en este segundo periodo al Zaragoza, que durmió intencionadamente el juego y pudo haber cerrado el duelo en un zurdazo de Linares que se marchó rozando el poste izquierdo de Badía.
El Elche cayó en la impotencia y endureció el partido en los últimos minutos, con una sucesión de brusquedades y de tarjetas que le facilitaron todavía más las cosas al Zaragoza y que redujeron la capacidad de sorpresa final en La Romareda.
En el fútbol lo que cuenta es el acierto y el Real Zaragoza, quizá en su actuación más gris desde la llegada de Víctor Fernández, obtuvo un triunfo vital que unido a la derrota del Extremadura convirtió la noche en redonda.