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LAS PALMAS

Mel: "Si la cabeza del futbolista no va, no hay nada que hacer"

Optimista por naturaleza, el nuevo entrenador consideraba fundamental recuperar la autoestima de su plantilla. "Por eso hablamos tanto con ellos en los primeros días", confiesa en AS.

Pepe Mel, entrenador de Las Palmas
CARLOS DIAZ-RECIODIARIO AS

Su primer partido con la UD fue en Riazor, morada de un ex equipo suyo, el Deportivo, que en su día le cesó. Y encima, ganó. ¿Se sintió más aliviado que alegre?

Estaba mucho más aliviado que alegre, pero no por el Depor. Ahora estoy centrado en Las Palmas, y nosotros necesitamos muchas victorias. Empezar ganando es importante porque reafirma el discurso y lo hace creíble. Por mucha vitalidad, ganas y alegría que le ponga y quiera transmitir, si pierdes el primer partido tu mensaje se queda a mitad de camino.

Muchos entrenadores resaltan la importancia de resultarle "creíble" a un futbolista.

Durante muchos años he sido profesor de la RFEF, dando la clase de táctica. Casi un 90% de los entrenadores que están ahora dirigiendo, y algunos fuera de España, han sido alumnos míos. Siempre les decía que no hay táctica mala, sino una en la que los futbolistas no creen. Si convences al jugador, si cree que lo que estás haciendo es lo mejor para ganar y mejorar, seguro que se hará buena. Es algo que necesitamos desde el primer momento porque nuestra competición es de 14 partidos.

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No se define como escritor, sino como contador de historias. Una novela, como lo que escribe, no tiene que ser verdad sino resultar veraz. ¿Qué historia le contó a sus futbolistas para que le creyeran?

En primer lugar, lo que tienen que saber es que, a mi manera de ver, son buenos futbolistas que están en un momento difícil. O bien no han sabido encontrar el camino, o han perdido confianza porque los resultados dicen que la UD es 11ª. Recuperar esa autoestima era fundamental para todo lo demás. Puedo estar trabajando lo táctico, lo físico, lo estratégico, pero si la cabeza del futbolista no funciona no vamos a llegar a ningún lado. Por eso en mis dos primeros días se habló mucho con ellos. Gracias a Dios, el resultado se dio.

¿Se considera un hombre valiente? Pudo haberse acomodado y firmar por una temporada más.

Sí, pero no soy así. Es cierto: se me ofreció ese año, pero pensé que no era un buen mensaje. En primer lugar, como aficionado de la UD, si veo que alguien viene siendo el tercer entrenador de la temporada, con las cosas muy mal y teniendo un año más, pienso que viene a ver cómo son las cosas y a prepararse para el año que viene. Con lo cual, este era perdido. Ese mensaje no era bueno. Tenía que ser de que se puede conseguir; 14 partidos dan para mucho, son muchos puntos. La experiencia te dice que en Segunda, encadenando una serie de victorias, puedes conseguir cualquier cosa.

¿Qué tiene Rubén que lo hace un jugador tan especial?

En primer lugar, que se sienta cómodo. Pero no creo que eso sea nada especial o que lo diferencie de los demás. Si hablas con cualquiera de la UD, te dirá que si tiene la confianza del entrenador juega más tranquilo. Ese es el punto clave de mi trabajo desde que llegué. Estoy hablando con ellos uno a uno, por líneas, en grupo. Tienen que ver en mí a alguien que confía en ellos. Me presenté aquí con 14 partidos por delante porque vi la nómina de jugadores a los que iba a entrenar. Nos enfrentamos muchas veces y los considero grandes futbolistas. Ahora tienen que pensar que el entrenador se lo cree de verdad.

Habla de la nómina de jugadores por la que firmó. De repente se queda sin Mantovani y Araujo, lesionado. ¿Le ha trastocado mucho sus planes?

Si esta pregunta me la haces cuando quedan 25-30 partidos te contestaría sin problema. Pero ahora mismo los que no están, no están y no me paro a pensar nada. Mi preocupación son los que están. Jugarán ante el Mallorca y luego irán a Granada; esos son los importantes. Araujo, si dios quiere llegará para jugar algo importante, Mantovani, no. Desearle suerte y nada más.

Aythami y David García, tras mucho tiempo sin jugar, cuajaron un gran partido en Riazor. Se da por hecho que Cala es titular. Bendito problema.

Ya me iréis conociendo poco a poco, igual que yo a vosotros (se ríe). Pero creo en la fuerza del vestuario, y esta dice que hay que estar al 100% y aprovechar la oportunidad cuando te la dan. Y que por lo tanto, el entrenador te recompensar. Si todos piensan que eso es así, si nadie piensa que uno es mejor que otro o que tiene más afinidad con el entrenador, tendremos un grupo sólido, fuerte. La experiencia me dice, y yo ha ascendido unas cuantas veces, que al final los que ascienden y consiguen cosas en el fútbol son los grupos, los vestuarios.

Estar unido es casi tan importante como jugar bien.

Es vital. Admiro el sentido de pertenencia del Athletic, el Sporting, el Osasuna. Muchos se criaron y están allí con ese sentido de pertenecer. Son vestuarios fuertes, les hacen competir bien y estar a un gran nivel. Es lo que quiero aquí, se puede hacer perfectamente.

¿Cómo afronta la visita del Mallorca?

Con las mismas premisas con las que fuimos a Riazor. El mensaje que le doy a los futbolistas es que arriesgamos el punto que nos da la Federación de partida para conseguir tres. Uno no nos vale, y tres nos hacen estar en el camino. Con esa mentalidad algún día perderemos algún punto, pero prefiero ganar y a veces perder que empatar mucho.

¿Le molesta el debate de jugar bien o mal?

El fútbol es tan bonito y diverso que la gente tiene diferentes opiniones sobre lo mismo, y eso está bien. Por eso es un negocio, un espectáculo, y se manejan tantas cosas. Si todos tuviésemos la misma opinión, como borregos, dejaría de ser atractivo. No sé qué es jugar bien. Para mí, es que mi equipo desborde líneas con tres toques, que se encuentre cómodo cerca del área rival, que en la propia sea solvente, que físicamente no se caiga. Es cuestión del sitio en el que trabajas elegir el modelo a seguir. Lo que me gustaría para la UD es encontrarlo. No es un trabajo de tres semanas. Me gustaría ver en un futuro a la UD, al B y al juvenil, y que todos tienen un sello. Que todo el mundo dijera: esa es la UD. En el fútbol español eso lo han conseguido pocos equipos. Es una buena forma de trabajar.

¿Nota que la gente se ha venido un poco arriba?

Un club es como una familia en la que el público quiere mucho a la entidad, a los jugadores, por más que se cabree con ellos. El hecho de que estén alejados de nosotros es culpa nuestra. Tenemos que volverles a llamar. Los aficionados que vieron el partido de Riazor observaron, por ejemplo, que en el primer minuto el equipo había tirado dos veces, que hicimos muchas faltas por meter el pie, fuimos fuerte al balón, le pusimos el mismo ritmo que el Depor. Esto es un juego y pueden pasar muchas cosas, pero esto es indiscutible.

Habla de la familia. ¿Qué importancia le da a su equipo de trabajo? Siendo de fuera, es también su "familia".

Lo ha definido muy bien. Solo hace falta que la gente se ponga en mi situación. Vengo a un sitio nuevo, conozco a mucha gente nueva. Aunque el trabajo es el mismo, no lo es la gente que está alrededor. Tener a alguien que sabe cuándo estás alegre o triste, cuándo algo te ha gustado, o no. Te conocen solo con verte. Es algo importante además de que ejercen su trabajo y son buenos en él. Roberto se encarga de vídeos del rival y propios. Me preparara lo que quiero ver. David se encarga de toda la parcela física. Somos un grupo que esperemos que eche raíces aquí. Sería bueno y significaría que las cosas funcionan.