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VALENCIA

Los abrazos a Marcelino; de capitanes a entrenador

La empatía y respeto de Parejo y Rodrigo se la ganó Marcelino desde el primer día en la estadía en Evian; los capitanes le devolvieron su confianza en ellos con sus abrazos de gol.

Actualizado a
Parejo y Rodrigo, abrazando a Marcelino.
David González.

Parejo abrazó a Marcelino cuando más se cuestionaba su continuidad; Rodrigo lo hizo coincidiendo con la primera visita de Peter Lim a Mestalla en 2019. Fueron abrazos de gol, de alegría y sobre todo sintonía. Dos gestos públicos y espontáneos. Fueron abrazos de capitán. Parejo y Rodrigo tienen química con Marcelino desde el primer día y la complicidad con el entrenador es un reflejo de una de las claves del resurgir blanquinegro en el año de su Centenario: la unión del vestuario.

Marcelino se ganó el respeto de Parejo y Rodrigo en la primera concentración veraniega en Evian. Allí, en la glamurosa localidad francesa, Parejo y Rodrigo veían coherente el discurso de Marcelino. Uno y otro creyeron en sus palabras desde los albores del proyecto. No fueron los únicos. Marcelino veía en ellos talento, hambre y liderazgo. Y allí, tras los entrenamientos y en los pasillos del hotel de Evian, el asturiano fue ganándoselos.

A Parejo le quitó de la cabeza cualquier pensamiento de marcharse, una idea que por aquel entonces la tenía presente el de Coslada. Sus representantes llegaron a reunirse con Mateu Alemany y le vinieron a decir que el verano sería más o menos movido dependiendo de lo que sintiera Parejo con el nuevo entrenador. A Rodrigo, por su parte, Marcelino le piropeó desde el primer día. Creía en su fútbol casi más que el propio Rodrigo; desde luego creía más que la mayoría de valencianistas.

Rodrigo y Parejo posan para AS.
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Rodrigo y Parejo posan para AS.ALBERTO IRANZODIARIO AS

Parejo y Rodrigo le devolvieron al asturiano tal dosis de confianza con una temporada mayúscula. Parejo fue de los mejores de LaLiga en su posición y Rodrigo (19 goles, 7 asistencias) se ganó un billete para el Mundial de Rusia. Obviamente su rendimiento les puso en el candelero y uno y otro fueron tentados en verano.

A Parejo le tenía el Barcelona de Valverde en agenda y el nombre de Rodrigo estuvo presente en el mercado hasta bien entrado agosto. Reflejo de la relación cordial entre ellos, casi paternal, es el hecho de que a una de las primeras personas a las que uno y otro informaron de sus intenciones, posturas o situaciones fue a Marcelino. Parejo charló de ello con el asturiano nada más regresar de vacaciones mientras que Marcelino y Rodrigo se quedaron conversando a solas con los Alpes de testigos en la estadía en Crans-Montana.

Marcelino, por su parte, respondió a su actitud y compromiso con una defensa a ultranza cuando a principios de curso al Valencia le vinieron mal dadas y el foco de la crítica recaía de nuevo en los futbolistas. “Rodrigo volverá pronto al nivel físico y mental que acostumbra” o “No creo que Dani (Parejo) esté en un mal momento; no me deja de extrañar que un futbolista que la pasada temporada fue de los más importantes parezca como que de repente está en entredicho”.

El caso Batshuayi y "queremos la Copa"

Parejo y Rodrigo no comulgan con Marcelino en todo. Y ahí ellos han ejercido de capitanes y el asturiano ha demostrado también que escucha a sus capitanes. A muchos futbolistas les sorprendió las oportunidades que (con sobrepeso) tenía Michy Batshuayi y así se lo transmitieron los capitanes a Marcelino y ellos fueron también los que vinieron a decirle al entrenador que, por más que la prioridad del club fuera la Liga, ellos querían pelear por la Copa del Rey y más tras lo acontecido en el partido en Getafe. Marcelino sacó un once de gala en el partido de vuelta y el resto de la historia se escribe con ilusión.

Parejo y Rodrigo no solo hablan con Marcelino. También lo hacen con frecuencia con Mateu Alemany y Pablo Longoria. Y con Anil Murthy. A todos ellos le transmitieron su fidelidad y confianza en Marcelino cuando en Singapur parecía cuestionarse la continuidad del asturiano. Y su defensa no solo fue con palabras sino también con hechos. Con el abrazo de Parejo el día del partido contra el Real Valladolid o el de ayer de Rodrigo con Peter Lim en el palco.