Miranda: "No tengo esa calidad y esa pausa, pero lo vivo mucho"
Es el corazón del Hércules, el hombre que levanta al Rico Pérez con sus golpes en el pecho. Es un tipo de club, un obrero del fútbol y lo admite.
¿Cómo valora el momento en el que está el Hércules?
Estamos creciendo a lo largo del año y ahora viene el momento de la verdad. Aún no empieza la cuenta atrás, pero las once jornadas que restan son importantes. Este mes va a marcar dónde podemos estar.
¿Se tiene que mirar al líder?
Estamos a cuatro puntos y trabajando bien para conseguir el objetivo. Hay que ser ambiciosos, pero si nos equivocamos se pondrá difícil. Tenemos margen de mejora y se puede conseguir ese primer puesto. Vamos a morir por terminar primeros.
Aunque viene de ascender con el Extremadura, allí no fue feliz…
Es verdad que no terminé de encontrarme a gusto. En el Hércules me siento genial y muy querido. Este club no es de Segunda, es de Primera. Mi objetivo es que el aficionado se vaya feliz a casa después de un gran partido en el Rico Pérez.
¿Y su transformación en el campo?
(Risas). Es curioso porque fuera del campo no hablo, soy tranquilo y tímido. Pero en el césped tengo mi papel, soy pesado y hablo mucho. Pero creo que tengo que hacerlo y que es importante para el equipo.
¿Y lo de los golpes en el pecho?
Siempre lo hice. No tengo esa calidad y esa pausa, pero vivo mucho el fútbol y aquí se pueden hacer grandes cosas. Estoy comprometido con el Hércules y quiero que todo salga bien.
Tiene dos ascensos (Alcoyano y Extremadura). ¿La clave?
Puf. Es muy complicado. El año pasado, con el Extremadura tuvimos cinco entrenadores y nos metimos en playoff en la última jornada. Es verdad que teníamos un equipazo, como aquí. En el Hércules se están haciendo mejor las cosas, hay una estabilidad y se trabaja mejor. Vamos a sufrir de aquí al final por todo, por ser líderes, por entrar en el playoff… Pero yo tengo mucha fe. Este grupo tiene personalidad para atravesar un mal momento y el trabajo tiene que tener su recompensa.
¿Qué le ha aportado Planagumà?
Me gusta mucho como entrenador y me aporta muy buenos hábitos en el día a día. Eso no lo tiene todo el mundo. Si haces las cosas bien en el día a día, cuando compites es más fácil. Yo ya tenía buenos hábitos de antes, pero me gusta que el entrenador lo transmita y lo practique. Lluís es un enfermo del fútbol, sabe mucho y domina todos los conceptos. Estoy muy feliz de poder trabajar con él.
¿Cómo se tomó esa suplencia ante el Atlético Levante?
La entendí. Candela venía de hacer un partidazo ante el Cornellà y se merecía jugar. Aquí se hacen las cosas bien y todo es entendible. Otra cosa es que hubiese ciertas imposiciones o alguna cosa rara como pasa en otros sitios. La competencia es sana en este vestuario.
Cuénteme como es ese vestuario...
Hemos creado algo bonito y fuerte ahí dentro. Para mí, este es el secreto del éxito. Esa unión nos tiene que llevar a llenar el Rico Pérez. Y yo se lo comento a mis compañeros, les digo que tenemos que llenar esto (mira con brillo el Rico Pérez).
Pegada arriba tienen de sobra. Se lo pregunto porque usted viene de tener a Enric Gallego como compañero…
Lo complicado de un equipo como el Hércules es que tenga la capacidad de sacrificio que nosotros tenemos. Y si encima tenemos a esos tres bichos… Aunque no estemos bien, siempre vamos a tener ocasiones para meter gol. Los delanteros tienen que seguir así y estar tranquilos porque han hecho goles toda su vida. Tenemos que estar contentos por tenerlos todos aquí.
Durante la entrevista, ha mencionado varias veces a Dios…
Soy creyente y me gusta. Intento predicar y ser ejemplo.