Un Alavés de Champions y un Submarino pálido y a la deriva
Maripán e Inui hunden con sus goles a un Villarreal deprimente que llegó a empatar por un gol de penalti de Cazorla que desveló el VAR.
La ilusión y la depresión convivieron en La Cerámica. El Alavés tumbó al Villarreal con un gran ejercicio de oficio, situándose en la cuarta posición y dejando a su adversario hundido con más complejos que puntos. En la victoria podría señalarse a los goleadores para repartir los elogios, pero el gran culpable del resultado fueron los entrenadores. Abelardo ganó en la pizarra a Calleja. Primero, con su once. Después, con la solución encontrada a cada problema. Y más tarde, con su plan B y con las sustituciones. Maduró el partido con inteligencia y supo matarlo cuando la angustia asfixiaba a su rival. Otro hubiera llorado con las salidas de Ibai y Sobrino. El Pitu prefirió pensar. El Villarreal ejecuta el mismo verbo sin la ese. Lo suyo es penar. Que Cazorla, con mil lesiones y 34 años a las espaldas, sea el líder incansable e indiscutible del Submarino, y que Chukwueze siga con su arresto domiciliario, habla a las claras de lo que está sucediendo en el Mediterráneo.
El Villarreal se encontró dos problemas a los que no supo dar solución en ningún momento. El primero, crónico, el miedo a fallar. Su defensa jamás sacó el balón con limpieza ni se impuso a los delanteros, y su centro del campo, donde apareció Morlanes sin gran peso, no fue capaz de romper líneas ni de desbordar. Y así es imposible. El segundo inconveniente iba vestido de blanquiazul. El Alavés, sin necesidad de bordar su juego, se mostró de nuevo como un bloque que muerde atrás y que amenaza al ataque cuando encuentra su sitio. Abelardo volvió a apostar por dos delanteros, dejando flotar a Inui y Jony por detrás a la espera de que los carrileros que había enfrente se soltasen. No hubo casi jugadas de peligro en el primer tiempo porque la igualdad fue máxima. Un panorama que angustiaba al Submarino y que permitía al Alavés confirmar su candidatura a Europa. El segundo tiempo fue otra cosa.
Parecía que nada podía ir peor para el Submarino, hasta que Víctor Ruiz regaló un córner y Funes Mori perdió la marca de Maripán en el remate ampliando su lista de tachones. La Cerámica parecía un tanatorio en el 54’. Sin embargo, un penalti por mano de Manu, chivado por el VAR, permitió a Cazorla empatar siete minutos después. En el momento más delicado. Calleja aprovechó entonces el impulso y, obligado por las matemáticas, se atrevió a probar sin éxito otras recetas. Ninguno de los relevos trajo novedades. El Villarreal tenía la ocasión de salir del pozo tras meses de caída libre y no lograba dar el salto. Ekambi es la sombra de Bakambu. Lo demostró con el mano a mano errado en el 64’. Únicamente Cazorla parece ser capaz de sacar un conejo de la chistera. Pero sus trucos de magia no son infinitos. Abelardo prefirió protegerse con Pina, un ex, aunque su mensaje fue dar un paso atrás para explotar las bandas y la contra. El que fuera mediocentro del Villarreal fue el precisamente el que habilitó a Jony en la jugada decisiva. El extremo controló al galope, encaró rumbo al área y sentó a Mario para regalar el 1-2 de Inui, que empujó casi sin querer. Burgui pudo sentenciar poco después, aunque ya era suficiente. El Alavés está donde no soñaba y el Villarreal permanece en el lugar con el que tiene pesadillas todo el curso.
Calleja: "No podemos bajar los brazos"
El entrenador del Villarreal, Javier Calleja, apuntó en la rueda de prensa posterior la derrota de su equipo en casa ante el Alavés que su equipo no puede bajar los brazos pese al varapalo sufrido que les impide salir de la zona de descenso.
"Buscaremos que el equipo no salga tocado, es un golpe duro, ya que teníamos muchas esperanzas de ganar y no ha podido ser. No podemos bajar los brazos, el equipo que lo haga lo pagará. Nuestro deber es reaccionar, trabajar y salir de ahí abajo", recalcó.
"Es un duro golpe, teníamos muchas esperanzas en este partido y no nos hemos encontrado nunca cómodos y a gusto. Esa solidez que mostraba el Alavés no hemos sabido superarla", reconoció.
El técnico madrileño lamentó que "no nos habían generado peligro y en un córner se adelantan, empatamos pero no damos ese paso al frente que hacía falta. Ello nos han desubicado y en una contra nos han sentenciado".
"Nos ha costado encontrar desequilibrio, habría llegadas al área pero no hacíamos peligro, es verdad que al circulación ha sido lenta y no hemos desbordado, no hemos conseguido superar su línea de presión", finalizó.
Abelardo: "Tener 40 puntos es una barbaridad"
El entrenador del Alavés, AbelardoFernández, aseguró en la rueda de prensa posterior al triunfo de su equipo ante el Villarreal (1-2) que tener 40 puntos a estas alturas de la temporada es "una barbaridad".
"Tener 40 puntos es para celebrarlo y disfrutarlo y pensar que es a estas alturas es una barbaridad. Son muchos puntos y eso es algo que hay que valorar", recalcó.
Tras el triunfo de este sábado, el Alavés alcanza provisionalmente la cuarta plaza de la clasificación y preguntado por si su equipo puede pensar en mantener esa posición y jugar la próxima edición de la Liga de Campeones, el técnico no lo descartó aunque avisó de que queda mucha liga aún por jugar.
"Sería de las Guerras de las Galaxias y de ciencia ficción que nos metamos en la Champions. Valencia, Sevilla y otros equipos deberían estar ahí, pero no lo vamos a renunciar y queda mucha liga. Debemos ir con tranquilidad", señaló.
"Debemos seguir con la idea de ir partido a partido que es lo que hemos hecho todo el año. A partir de ahí trabajar y ver qué pasa. Estamos ahí y los partidos dictaminarán el puesto en el que estemos al final", añadió.
Sobre el desarrollo del encuentro que su equipo ganó por 1-2, comentó: "Ha sido un primer tiempo sin ocasiones, ellos tenían el peso y nosotros nos hemos defendido. En la segunda parte, con el gol, se ha abierto más y ellos han empatado. Tras pasar los minutos ellos se han abierto más y en una contra la hemos aprovechado, y al final hemos podido marcar más goles"
"Ellos en la segunda parte se han abierto más, nos han dado más espacios. Con eso, sumado al cansancio de ellos, sabíamos que los podíamos pillar, y nos ha salido muy bien. El equipo ha hecho un gran trabajo y los jugadores han estado fenomenal", concluyó.
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