ATLÉTICO DE MADRID - VILLARREAL
Iborra: "Tenemos que demostrar que nos duele el orgullo"
Ha vuelto a España para darle serenidad al Villarreal. No olvida su experiencia en la Premier ni al Leicester de Vichai: “Él no era especial por su gran fortuna sino por lo que hacía con ella”.
Les tocará viajar a Rusia…
Es una ilusión y una alegría tremenda poder seguir en la Europa League. Creo esa eliminatoria con el Zenit solamente nos puede traer cosas buenas. Es una competición diferente. En Lisboa conseguimos una victoria que nos vino bien para la Liga y, por esa inercia, nos puede aportar cosas positivas.
En Liga siguen abajo, pero parece que vienen tomando aire.
Estamos obteniendo resultados y mejorando el juego. Creo que entrenamiento a entrenamiento nos estamos readaptando a la filosofía de Calleja. Tenemos que darle continuidad con trabajo y hacernos fuertes en nuestras virtudes.
Volvió en enero a la Liga. ¿Qué Villarreal se encontró?
Me sorprendió muchísimo el club. Las facilidades y cómo cuidan al jugador. Las instalaciones. Lo único negativo era la situación en la Liga. Estamos tratando de cambiarla. Necesitábamos una victoria que nos hiciera ver todo de otra forma y lo conseguimos frente al Sevilla. El haberla conseguido contra un rival así, le da más valor. Tiene que ser un punto de inflexión, es lo que nos tenemos que proponer ahora mismo.
Su plantilla estaba construida para pelear por otra cosa. En esta situación, ¿es algo a favor o en contra?
Es verdad que la plantilla tiene mucho nivel, mucha calidad, pero en el fútbol hay que estar preparado para afrontar todas las situaciones. Lo que hay que hacer es dar un paso adelante todos y demostrar que este equipo tiene el nivel para pelear más arriba. Sobre todo, demostrar que nos duele en el orgullo estar abajo y que queremos salir juntos de ahí.
Y llegan al Wanda Metropolitano, un estadio que entró en ebullición el miércoles. ¿Lo vio?
Sí. Ese es el verdadero Atlético. El que aprieta, el que lucha cada balón, el que pelea unido a su afición cada partido. Lo que le ha hecho conseguir todos esos éxitos. Va a ser duro, pero estamos preparados. Estamos en un buen momento. Tenemos equipo para ganar donde sea y ese es un estadio bonito para hacerlo. Si estamos bien, estamos capacitados para hacerles daño.
Todo el mundo conoce al Atlético, su intensidad, su impronta, pero sigue siendo complicado pararlo. ¿Por qué?
Porque tienen muy claro a lo que juegan, su filosofía a seguir. Yo, en ese aspecto, tengo un poco de envidia sana. El objetivo grupal está por encima de cualquiera individual, todos pelean como uno solo. En esto del fútbol es lo máximo que puede haber. Su calidad es un añadido más. Por eso son tan complicados. Aparte de la calidad, tienen claro que hay que correr todos juntos. Por eso se hace tan difícil poder meterles mano. Es un equipo que tácticamente no se rompe y si algo hacen bien es minimizar sus errores y aprovechar los de los rivales. No podemos concederles porque nos van a castigar.
Al Villarreal no se le da mal el Atlético.
Es verdad, esperemos que la estadística continúe. Viajamos para sacar una victoria en el Metropolitano, lo que nos reforzaría anímicamente para afrontar el último tramo de la temporada con la energía suficiente y conseguir el objetivo.
El Atlético tiene calidad arriba, pero ustedes no van a la zaga. Gerard, Ekambi, Bacca, Chukwueze, Fornals… 26 goles parecen pocos.
Hay calidad, variedad y recursos. Espero que de aquí en adelante la cifra aumente. Lo mejor es la gran competencia que tenemos arriba. El nivel es alto juegue quien juegue y ahí es el entrenador el que tiene el problema para decidir. Bendito problema…
El Atlético ha sido otro equipo más que se ha mostrado beligerante con el VAR y los árbitros. No ha sido el único. ¿La presión funciona?
No lo sé, pero es verdad que cuando algún equipo presiona obtiene algo. Al final el que no dice nada es el que no obtiene. Yo confío plenamente en la profesionalidad de los árbitros y en que intentan hacerlo lo mejor posible. Muchas veces nos enfadamos, pero hay que ser conscientes de que no es un trabajo fácil. Esperemos que tras el partido solamente se hable de fútbol, porque últimamente estamos acostumbrados a otra cosa y es una pena.
¿Ha intercambiado impresiones últimamente con algún árbitro?
No tenemos mucha relación con ellos, pero creo en ellos. Soy consciente de su dificultad porque muchas veces se lo ponemos egoístamente difícil por verlo todo a nuestro favor. Deberíamos ayudarles más.
Preocupa el ejemplo que se da. Después uno va el fin de semana a ver jugar a los chavales y se ven cosas desagradables.
Sí y es una pena. Muchas veces es una vergüenza ver y escuchar noticias de actos antideportivos en campos de categorías inferiores. Muchas veces niños. Deberíamos darles ejemplo y que vean desde fuera que se puede tratar a un árbitro con cariño y con respeto. Es lo que deberíamos enseñarles. No ayudan nada las trifulcas que se hayan podido ver esta temporada.
Usted viene de Inglaterra y siempre hemos manejado esa leyenda urbana de que allí los árbitros son mejores y no hay polémica. ¿Lo constata?
Ni son mejores ni peores. La diferencia allí es que la gente es mucho más respetuosa. Tras los partidos no se le da tanto bombo a una actuación arbitral y se respeta y se entiende su error, como se entiende el del jugador. Aquí se le da más caña al error del árbitro.
¿Qué resumen hace de su aventura en el Leicester?
No me arrepiento de haber ido. He conseguido vivir una experiencia nueva, jugando en nuevos estadios contra otros equipos. Poder aprender otra cultura y otro idioma. Al final la situación deportiva no era la mejor, por mucho que trabajara o intentara cambiarla. Estaba estancado y busqué soluciones. Volver a España y a mi tierra ha sido muy positivo. Estoy agradecido al Villarreal y quiero devolver esa confianza porque me han hecho sentir importante. Sigo manteniendo contacto con mucha gente del Leicester, les deseo lo mejor.
¿Por qué era tan especial Vichai Srivaddhanaprabha?
Era muy cercano y natural. Todo lo que hacía era por el bien del club y la ciudad. Se entregaba a los hospitales, a situaciones caritativas. La gente lo amaba porque ayudaba en todo lo que podía a la ciudad. Los que lo conocimos nos dimos cuenta, cuando ocurrió la tragedia, que tenía merecido ese cariño. Él no era especial por tener una fortuna, lo era por lo que hacía con ella. Lo compartía con los que más lo necesitaban.