El comandante Morales, un clásico antes del doble Clásico
Los de Solari, que miran a Barça y Ajax, topan con el buen momento del jugador bandera del Levante. Faltarán Ramos, sancionado, y Mayoral, vetado por el Madrid.
Corre riesgo el Madrid, desde la alineación hasta la mentalización, de saltarse el partido del Levante ante el macizo de grandes compromisos que se le avecina y tras la victoria del Barça en Sevilla. Y contra esa tentación y contra la comandancia de Morales combate Solari, en vestuario y sala de prensa (sigue el partido en directo en As.com). De Ámsterdam al Bernabéu ante el Girona cambió seis futbolistas con desenlace fatal. Ahora debe medir los pasos ante un doble enfrenamiento con el Barça y la visita del Ajax.
Todo apunta a la vuelta de Vinicius, suplente ante el Girona después de trece partidos como titular que abrochó con dos goles y cinco asistencias. De pronto es jugador nuclear, mientras Bale ha derivado en marginal. Sin Cristiano, todo ha ido a peor: ha pasado de intentar un regate cada 18 minutos a hacerlo cada 36 y ofrece su peor registro anotador desde que llegó, un gol cada 207 minutos. Hace tres años marcaba cada 91.
Su secuencia anotadora en LaLiga es de 15, 13, 19, 7 y 16. Ahora lleva 6 y ha disputado ya los mismos partidos que en su peor curso, el 16-17, el de las siete dianas. Además, se ha perdido por lesión, una constante en su carrera, seis partidos en 2019, no ha disputado ninguno completo y sólo ha sido dos veces titular, registros que le alejan de seguir. Su plazo para la redención se reduce a tres meses. Quizá lo intente hoy en un partido en que faltará Ramos, sancionado, y en el que la victoria del Barça puede inclinar a Solari a la rotación.
Una explosión tardía
Enfrente estará Morales, un futbolista al que costó ver. Empezando por el Madrid, con el que probó sin éxito cuando tenía reciente su pasado infantil en el fútbol sala. Luego pasó por Parla y Fuenlabrada con la convicción de que no viviría del fútbol, hasta que un día sorprendió a Juan Luis Mora, exmeta y ojeador del Levante. Acudió a Fuenlabrada buscando un central y acabó encontrando un comandante: "Pedía el balón, regateaba, tenía velocidad y no era egoísta". Fue magnífica la primera impresión y decisiva la segunda, cuando recomendó ficharle. Morales tenía ya 23 años. Pasó por el filial, ayudó a subir al Eibar, donde fue cedido un año, y debutó en Primera con 27 años. Ahora tiene 31 y es el jefe del Levante, con el que esta temporada ha metido ocho goles.
El año pasado hizo diez. Aseguran que el oficio le ha hecho mejor y que no ha perdido rapidez (se le registran 35 kilómetros hora de punta). "Siendo más joven tenía más gol", dice. Viene de meterle dos al Celta y hoy apunta al Madrid. No le acompañarán Coke ni Mayoral, este víctima de la cláusula del pánico. Al Madrid no le van las citas con sus ex.