El Depor patina, el Nástic revive
Nuevo tropiezo del Deportivo en Riazor ante un colista que toma aire. Edu Expósito adelantó a los coruñeses y Luis Suárez igualó a seis minutos del final.
El Deportivo se está convirtiendo en un equipo con pánico a las alturas. Cada vez que se acerca a lo más alto de la tabla, patina. Esta vez lo hizo ante el colista, lo cual es más grave. Y es más grave, porque además el Nàstic no fue a por el partido hasta el último cuarto de hora. Lo es, porque vuelve a tropezar en casa, donde ha empatado tres de los últimos cuatro partidos. El punto es todo lo contrario para un Nàstic que marca tras cuatro jornadas en blanco y levanta su moral en uno de los estadios más complicados de Segunda. Aire para los catalanes, aire para Quique Martín.
Y eso que casi desde el primer minuto el partido se convirtió en un monólogo del Deportivo a pesar del cambio a defensa de cuatro de Quique Martín. Los coruñeses se hacían dueños del balón y cuando lo perdían, tardaban un suspiro en recuperarlo para ir asfixiando a un Nàstic incapaz de salir. El insistente dominio, que comenzaba en las salidas de balón de Somma y Pablo Marí, se tradujo en ocasiones con llegadas sucesivas de Borja Valle, Fede Cartabia y Quique sin acierto final. El partido se convirtió en una pugna entre la paciencia coruñesa y la resistencia visitante porque pese al dominio los catalanes alcanzaron la primera media hora sin encajar y firmando Pipa la primera salida con peligro real. No fue demasiado, pero tampoco la amenaza de un Depor dominante pero muy espeso e impreciso en la zona decisiva del campo.
La chispa que le faltó a los de Natxo, la acaparó toda Edu Expósito nada más iniciarse el segundo tiempo. Gran control y giro de espaldas con la derecha, mejor remate con la izquierda al palo contrario. El gol levantó el ánimo de los coruñeses que en los minutos siguientes tuvieron dos clarísimas de Quique y Fede Cartabia a las que respondió Bernabé con dos soberbias paradas para evitar que el partido echase el telón. Pasado el asedio, Quique Martín dio entrada a Sadik y Kante en busca de un todo o nada. Y llegó el algo. Christian Santos perdonó una clarísima y a la siguiente Kante asistió de tacón a un Luis Suárez que fusiló. A partir de ahí el partido fue una ruleta rusa. Larguero de Borja Valle, remate de Pipa fuera a placer. Empate final, a pesar del empeño de Montiel, un joven cuyo desparpajo no pudo evitar el tropiezo de un Depor espeso que sesteó demasiado.