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Atlético ATM
1
Griezmann 73'
Finalizado

RAYO 0 - 1 ATLÉTICO

Autohomenaje del Cholismo

Un gol de rebote del francés volvió a rescatar a un Atlético muy gris y fulminó al Rayo. De Tomás fue un incordio para los rojiblancos. Volvió Costa.

Madrid
Griezmann celebra su gol en Vallecas.
Griezmann celebra su gol en Vallecas. SUSANA VERAREUTERS

Celebró Simeone su renovación con un autohomenaje en Vallecas. Necesitaba ganar el Atleti y lo hizo sin que a la tarde le faltara ninguno de sus ingredientes. Mal en el fútbol, letal ante el error rival y con los dos de siempre, Griezmann y Oblak. Oblak y Griezmann otra vez más en el día que regresaba La Bestia. Le tocaría banquillo de inicio, mientras el Atleti dedicaba la primera parte a cómo resolver el acertijo de Míchel: la hierba llena de barreras de hombres, cinco atrás, cuatro en el centro, el sino de los tres centrales. El Atleti buscaba mandar ante un Rayo que no se descomponía. Pasaba la nada en Vallecas.

A Dimitrievski le saludó pronto Saúl con un cabezazo en el primer minuto que pasó silbando sobre su madera. A la de Oblak no se acercaría el Rayo hasta el 25’, cuando Embarba se escapó en solitario para probar por primera vez sus guantes. Contra ellos se estamparía el Rayo una y otra vez mientras el Atleti se perdía en el laberinto de su propio fútbol. Presión desastrosa, balonazos constantes, lentos, como si las botas les pesaran quintales. “El horror, el horror”, de Kurtz en El corazón de las tinieblas vestido de azul a las cinco de la tarde en Vallecas.

Horroroso Correa, horroroso Vitolo, horroroso Filipe, horroroso Arias. Sin intensidad, sin desmarques y con la velocidad del tráfico un lunes de lluvia en Madrid. El mejor del Atleti era Mario Suárez y hace años ya que se fue: ayer le cruzaba el pecho una franja roja mientras se iba agigantando en la hierba. El Rayo fue tomando la pelota y los metros, aunque sin profundidad. Hasta que apareció Saúl, también horroroso.

Perdió uno de esos balones que nunca se deben perder en el centro y él suele: le entregó la pelota al Rayo, que inició la contra. Las alarmas saltaron en la portería de Oblak, que de nuevo se vio obligado a salir en la foto. Para desbaratar la ocasión de Embarba después de una jugada de Raúl de Tomás que arrancaría el aplauso a Vallecas. Como todas las carreras eléctricas de Álex Moreno en la banda.

Las barreras de hombres de Míchel se les hacían a los del Cholo largas como un Himalaya. Antes del descanso sólo regresarían una vez más por la Zona Dimitrievski los rojiblancos. Y a balón parado, no podía ser de otra manera. Una falta que sacó Grizi y centró Filipe para que Godín y Morata la vieran pasar sin rematar ninguno, esperando al otro, ante la línea de gol.

El Rayo siguió ganando a los puntos tras el refresco de la caseta. Pareció espabilar el Atleti, algo, no suficiente. Roto en el centro, desasistidos Grizi y Morata, seguía desesperando como casi cada día Correa. Míchel quiso darle al partido un gancho de izquierdas sacando de una tacada a Pozo y Bebé y sumarle caballos a sus bandas. Cholo contestaría con la pólvora.

Sentó a Vitolo y Correa. Entraría Lemar y probaría un tridente: Morata y Grizi con Costa. Porque en el 59’ La Bestia había regresado. Es Costa y está de vuelta, aunque sea con barriga. Que con Costa nunca se sabe qué puede pasar. Con Oblak sí. Y menos mal. Porque a su puerta no dejaba de llamar Raúl de Tomás. Una vez se precipitó al llegar al área, otra fue un paradón de San Jan y la tercera terminó con Giménez arreándole un empujón para quitarle de en medio. Si le pitan penalti, se lo queda, aunque nadie lo hizo. Dos jugadas después, apareció Grizi. Para hacer del partido otro de tantos del Cholo.

Marcaría el Atleti de puro rebote. Griezmann, un balón que le cedió Morata y entró tras pegar en Amat, defensa del Rayo. Se abrazarían Morata, Costa y el francés ante un Vallecas atónito, que no sabía cómo le había llegado la herida mortal. Ni tampoco cómo rebasar ese último muro, los guantes de Oblak. Se lanzó sobre ellos Ba, en el descuento, a la desesperada y de cabeza para salir en la foto de su último milagro. Vallecas, Madrid, febrero de 2019, dos días después de la renovación del Cholo, cuatro antes de la Juve.