El del Wanda Metropolitano no será un derbi más para el Atlético
Urge frenar la escalada del Madrid para mantener el privilegio de ser la alternativa al Barcelona. No hacerlo sería un golpe moral a poco de acometer a la Juventus.
El semblante colchonero a la salida del Villamarín era de lamento máximo. Había rabia contenida y no solamente por el penalti que Medié Jiménez no le había concedido al Atlético. Se era consciente de la oportunidad inmejorable que se había quedado en Sevilla y se vislumbraba que, horas después, la cosa podía ir a peor en el Bernabéu. Dolió la jugada de Morata, pero tanto el que se hubiera dejado escapar la ocasión de presionar al Barcelona antes de enfrascarse en la batalla de la Copa con el Madrid en un partido donde el equipo estuvo tibio en ataque. Lo resumía claramente Juanfran, sin paños calientes, señalando la poca profundidad de un equipo donde el ataque estuvo muy tímido.
"Faltó es agresividad, ese encarar de los de arriba, porque le puedes presionar al Betis, pero si no le generas peligro es imposible", afirmó lacónico el lateral. Y dolió más aún porque el Atlético había tenido toda una semana para preparar el choque y se medía contra un rival que venía de una prórroga en la Copa y con la mirada puesta en la semifinal contra el Valencia. Y para mayor desaire era el Betis de Setién, la némesis del Atlético de Simeone el que metía a los colchoneros en un problema.
Se rumiaba todo eso antes de subirse al autobús rumbo al aeropuerto, a la espera de lo que el Alavés pudiera hacer en Madrid. Que no fue mucho. Ahora el derbi es una razón de estado. Más todavía. Después de seis jornadas instalado en segunda posición, el Atlético se había ganado el privilegio de mirarse al espejo como alternativa al Barcelona con la esperanza de ir limando y aguardar a que catalanes y madridistas se fueran desangrando en la tormenta de clásicos de febrero y principios de marzo.
Sin embargo, el Atlético recibirá al Madrid con el peligro de que le pueda pasar en la clasificación, algo que no sucede desde la octava jornada. En la décima el Madrid cayó al noveno puesto y se metía en una crisis que no hacía presagiar la situación que se vive ahora. El Madrid ha recuperado posiciones en las cuatro últimas jornadas y hay que frenar como sea esa dinámica para poder seguir apuntando a la lucha por la Liga. Que el equipo de Solari complete la remontada supondría un duro golpe moral para un Atlético que en breve tendrá que acometer la vuelta a la Champions y la batalla contra la Juventus.