Messi da la talla como capitán
Su primer discurso en el Gamper, su mensaje el lunes antes de la vuelta contra el Sevilla y su gesto con Coutinho fortalecen su liderazgo. Y advierte: "Vamos a por todo".
Fiel a su cita con el Sevilla, al que le ha marcado 21 goles en 17 partidos en el Camp Nou, Messi cerró la goleada con la que el Barça se metió en semifinales de la Copa del Rey. No fue un Messi excelso. Fue el jugador que más balones perdió del Barça (21) y hasta falló un gol cantado en el que se recreó en exceso. Dejó, eso sí, un pase angelical a Sergi Roberto en el 4-0. Pero no fue lo mejor que ha hecho esta semana. Messi, en un papel de capitán que algunos sospecharon que no sería capaz de ejercer y que ha asumido con total naturalidad, fue el primero que encendió la mecha de la remontada: “Que venga la gente al Camp Nou, que queremos remontar”. Su alineación, después de su ausencia en la ida, implicó también la del resto de estrellas: Piqué, Alba, Rakitic, Suárez, Coutinho…
Pero el mejor detalle llegó en el césped. Después de provocar el penalti de Promes, decidió dejar el lanzamiento en manos de Coutinho. Lo que podía ser una bomba de relojería si el brasileño hubiese fallado terminó por convertirse en un subidón de autoestima para el brasileño, que marcó el penalti, el empujón necesario para firmar su primer gran partido en muchos meses. “Me dejó el penalti de forma natural. Es un detalle que dice lo grande que es”, le agradeció el brasileño después del partido.
Está claro que el Barça sigue a Messi desde que en agosto, en su primer discurso como capitán, se le vio resuelto y contundente. Cómodo en el ‘cargo’. Es obvio que, como él mismo recordó, ha tenido los mejores maestros. Puyol, Xavi e Iniesta han sido brazaletes de la cantera. Messi, simplemente, ha seguido su rastro. Capitán de pocas palabras, sus discursos públicos, sin embargo, llenan. Seguramente hablar poco hace más creíble su mensaje. El de la “copa linda y deseada” en el Gamper ha implicado a todo el mundo en la Champions, considerada este año como una misión para el vestuario del primer equipo. El de este lunes, anunciando una remontada que se cumplió, habla de un jugador y un equipo convencido a principio de febrero de que es posible ganar otro triplete. Aunque esa palabra, de momento, es tabú en el Camp Nou. Messi la cambió por un “vamos a por todo”.
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