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GIRONA-BARÇA

Cronología de un partido imposible en Miami

Todas las fechas claves desde el anuncio del acuerdo LaLiga-Relevent que incluía un partido en Estados Unidos el 17 de agosto hasta la renuncia del Barça el 10 de diciembre.

Cronología de un partido imposible en Miami

El pasado 17 de agosto de 2018, El País anunció un acuerdo de 15 años de duración entre LaLiga y Relevent, multinacional de medios, que incluía la celebración de partidos oficiales del Campeonato Nacional de Liga en Estados Unidos. La noticia de impacto cogió más vuelo aún cuando se supo que la ‘joint venture’ se implementaría esa misma temporada, lo que llevaría el primer partido de la historia de LaLiga fuera de territorio nacional en la temporada 2018-19. La noticia corrió como la pólvora y pronto trascendió el partido y la sede. El Girona-Barça de la jornada 21, a disputar el 29 de enero, se jugaría en el Hard Rock Stadium Miami (Florida). Tenía todo el sentido. Stephen Ross, propietario principal de Relevent, es también el sueño de los Miami Dolphins.

El 11 de septiembre de 2018, Barcelona, Girona y LaLiga solicitaron formalmente permiso a la RFEF para jugar en Miami en una carta firmada por sus respectivos presidentes, Josep Maria Bartomeu, Delfí Geli y Javier Tebas. Los clubes habían obtenido el visto bueno de sus jugadores y el Girona ya había informado a sus socios ofreciéndoles tres alternativas: a los que quisieran ir al partido, 1.500 plazas gratuitas para ir a Miami. Para los que no querían viajar había otras dos opciones. La primera, ir al partido de la primera vuelta en el Camp Nou (el Girona ofrecía cinco mil entradas) además de devolver el 20% del abono al socio. Por último, para quien no quisiera ir a Estados Unidos ni al Camp Nou se le devolvía el 40% del abono.

La idea, sin embargo, ya se estaba encontrando con obstáculos. La FEF había advertido de que el partido que no se jugaría y la AFE también había pedido una serie de garantías. El sindicato parecía más moldeable. De hecho, LaLiga ofreció un paquete de propuestas para que el sindicato también se beneficiase del acuerdo alcanzado entre la patronal y Relevent, entre ellas llevar a 25 futbolistas sin equipo a hacer un stage en Miami. El 5 de octubre de 2018, Javier Tebas lanzó este órdago: "Me juego 10.000 dólares a que hay partido". El presidente de LaLiga intentaba quitar hierro a uno de los puntos que estaba arruinando su plan: haber firmado el contrato con Relevent sin previo aviso a Rubiales.

El 26 de octubre, el plan recibió un revés casi definitivo. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, anunció en un ‘council meeting’ de la FIFA en Kigali, Ruanda, que la FIFA no autorizaría el partido: “Me opongo frontalmente y niego el permiso al Barça-Girona de Miami. El Consejo de la FIFA ha tratado el tema, y remarcamos que los partidos oficiales de ligas nacionales deben disputarse en el propio país”.

El 16 de noviembre, Tebas aún mantenía vivo el pulso, que amenazaba en choque de trenes: “No tengo ningún papel que diga que el Girona-Barça no se jugará en Miami”. El presidente de LaLiga guardaba un as en la manga. El 28 de noviembre trascendió que el caso ya estaba en los tribunales. LaLiga presentó una denuncia contra la FEF que había sido admitida a trámite por los Juzgados de lo Mercantil de Madrid. LaLiga argumentaba en su denuncia que la FEF pretende tener el monopolio de los partidos del negocio del fútbol, lo que va en contra del principio de libre concurrencia. Para la Federación, no era más que una estrategia para conseguir una medida cautelar que hiciese viable el partido.

El 10 de diciembre, el Barça enterró definitivamente la posibilidad de que LaLiga jugase el primer partido de su historia en el extranjero en la temporada 2018-19. El club azulgrana confirmó en una nota oficial cocinada después de su Junta Directiva que descartaba jugar el próximo 26 de enero en Miami contra el Girona. El club azulgrana argumentó que “dejaba sin efecto su disposición a jugar” después de constatar “la falta de consenso alrededor de esta propuesta”. El Barça dejaba claro que “estaba y está dispuesto a desplazarse a Miami para jugar un partido de Liga y aceptaba que los beneficios se repartiesen entre todos los equipos de Primera y Segunda División siguiendo el mismo criterio de reparto de los derechos de televisión”. Sin embargo, el Barça consideró que “mientras no se alcance un acuerdo entre todos los agentes implicados, este proyecto no podrá continuar”. El Barça quiso protegerse así de la amenaza implícita de posibles sanciones conocedor de que la FIFA ya había hecho oficial su negativa rotunda a que se disputase el partido. El club azulgrana quiso anticiparse a la decisión del Juzgado de lo Mercantil, que tenía que emitir un veredicto tres días más tarde y podía generar una situación comprometida si anunciaba medidas cautelares para que ese partido pudiera jugarse en Estados Unidos después de que la FEF se hubiese negado a dar la autorización pertinente.

Ese mismo 10 de diciembre, Tebas, que tuvo noticias del abandono del Barça en la Gala anual de premios de, As aseguró no sentirse decepcionado: “No es una traición del Barça ni una victoria de Rubiales”. Minutos después, LaLiga anunció que continuaría con la demanda prevista para reclamar que se pueda jugar un partido fuera de España pero que retiraba la medida cautelar referente al partido concreto del 26 de enero”.

Esta es la cronología de un partido imposible en Miami. Pero la historia continúa.