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REAL MADRID

¿Qué fue de Ricardo Rocha, el primer central brasileño del Madrid?

Fichado de manera sorprendente a finales de julio de 1991, militaría en el conjunto blanco hasta 1993, en donde disputaría 88 partidos, pero quedaría marcado por marcarse tres autogoles.
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MadridActualizado a
Ricardo Rocha fue el primer central brasileño que vistió la camiseta del Real Madrid.

Ahora que el Madrid va a incorporar a un defensa brasileño (Eder Militao) en el próximo mercado veraniego, conviene recordar la figura de Ricardo Rocha (Recife, Brasil, 11-09-1962). Un defensa central internacional que se incorporó de manera silenciosa: su fichaje se oficializó un domingo por la noche del mes de julio de 1991. Venía a sustituir a Predrag Spasic, el zaguero yugoslavo fichado a bombo y platillo tras el Mundial de 1990. Acabaría marchándose al no entrar en los planes de Benito Floro justo dos años después, en 1993.

Rocha venía de proclamarse subcampeón de la Copa América con Brasil, y elegido mejor jugador brasileño del torneo. Fácilmente reconocible por su estiloso bigote (le hizo acreedor de un apodo con el que fue conocido en todo el mundo del fútbol: El Sheriff), su juego duro, inflexible e infranqueable para los delanteros, le hizo ganarse el cariño de los aficionados madridistas. Una frase delatora resume su carácter: “La sonrisa es un lujo que no está al alcance de un defensa central”, dijo al poco de llegar a Madrid. En poco tiempo se le comparó con otro ilustre de la zaga blanca: Goyo Benito. Sus características eran similares: duros, inflexibles con los rivales, quitaba la pelota a los rivales con un estilo entre aparatoso y espectacular, pero muy efectivo. Dominaba el tackle aunque a veces se pasaba de frenada, ganándose tarjetas y tarjetas. Era técnico (y sumamente preciso) a la hora de sacar el balón desde atrás. Muy visceral, no dudaba en entrar al contrario con fiereza.

Ricardo Rocha se ganó el cariño de la afición madridista.
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Ricardo Rocha se ganó el cariño de la afición madridista.

Con los blancos estaría apenas dos temporadas, ganando apenas una Copa del Rey. Quedó marcado por tres autogoles, pero dos de ellos resultarían claves para el desarrollo madridista en aquellos años: el primero fue en abril de 1992, en el encuentro de vuelta de la Copa de la UEFA ante el Torino. A los siete minutos de partido, introdujo el balón en la meta de Buyo en un intento de despeje. Los blancos quedarían eliminados de dicha competición. Apenas dos meses después, en junio, el Madrid se jugaba el título en Liga en Tenerife. Los blancos que se pusieron en ventaja 0-2, caerían 3-2, dándole la Liga al Barcelona. El segundo tanto fue también en propia meta, y también de Ricardo Rocha. Para el madridista veterano siempre quedarán en su imaginario las lágrimas del defensa en el aeropuerto tinerfeño mientras era consolado por Leo Beenhakker y Ramón Mendoza. El tercer autogol llegó en la temporada 1992-93, ya con Benito Floro al frente del banquillo madridista. En Riazor, y con 2-2 en el marcador, un centro de Bebeto fue cabeceado hacia atrás por el brasileño, alojándose de nuevo en la meta de Buyo. Ese fue el principio del fin del brasileño.

Floro, al que no acababa de llenarle el ojo, quiso cambiar de extranjero. Habló con Mendoza para intercambiar a Rocha por Raí, que acababa de proclamarse campeón de la Intercontinental tras derrotar al Barcelona 2-1. Finalmente., el hermano de Sócrates firmaría por el PSG en el mercado invernal. Rocha, pese a que la parroquia blanca no quería que se fuera, volvería a su país natal tras ganar la Copa del Rey. Él no pudo jugar la final: fue expulsado en la semifinal en la que el Madrid venció al Barcelona 1-2. Andújar Oliver le expulsó a la media hora de juego. Le amonestó al minuto de empezar y en el minuto 33, tras pensar el árbitro que había entrado con excesiva dureza a Stoitchkov: el brasileño había tocado balón en la acción. Para colmo de males, sufrió una rotura de fibras que le apartaba de jugar la final. Ese fue su último encuentro como jugador del Madrid. En verano de 1993 regresaba a su país natal para un año más tarde, en 1994, ganar el Mundial de Estados Unidos-94 con Brasil…

Ahora después de 25 años de su marcha, Ricardo Rocha ha estado trabajando como coordinador de las categorías inferiores del Sao Paulo hasta el pasado mes de diciembre de 2018. Allí llegó de la mano de Raí. Sí, el hermano de Sócrates que estuvo a punto de ser intercambiado con el central. Ahora tiene una asesoría para equipos deportivos.