El renacer de César Gelabert, la promesa de 'La Fábrica'

Tras estar más de seis meses lesionado, el canterano madridista ya cuenta los días para volver a los terrenos de juego. El pasado lunes empezó a tocar balón.

Actualizado a 15 de enero de 2019 14:49 CET

“César ha superado una prueba de vida”, desvela en secreto un aficionado madridista al ver al canterano sentado en la grada del Alfredo Di Stéfano. En efecto, Gelabert (Palencia, 2000) ha hecho frente a un desafío totalmente inusual en alguien de 18 años. Jugador del Real Madrid desde 2015, César es el único futbolista juvenil de la anterior campaña que iba a realizar la pretemporada a las órdenes de Julen Lopetegui. Este logro le acercaba a cumplir el sueño de todo canterano: defender los colores del primer equipo.

Su día a día iba transcurriendo según marcaban las pautas que todo crack debe cumplir antes de dar el salto a una gran liga. Primero, fue un pilar fundamental para Guti en el laureado Juvenil A que ganó el ‘Triplete’, especialmente en Copa del Rey. Después, debutó prematuramente con el Madrid Castilla. Incluso, llegó a entrenar algún que otro día con el primer equipo. Con todas y con esas, el destino no quiso que el sueño de César se diese tan pronto.

El 23 de junio de 2018 se rompió el ligamento cruzado en un entrenamiento. Su temporada terminó sin el premio de viajar con la expedición madridista a tierras americanas y con el hándicap de afrontar una lesión en un momento clave en su salto a la élite.

“El mejor guerrero no es el que triunfa siempre, si no el que vuelve sin miedo a la batalla”, apuntó Gelabert en sus redes sociales nada más lesionarse. Él sabía mejor que nadie que su calvario aún no había empezado, aunque ya se había mentalizado de todo lo que le quedaba por delante para volver a ‘renacer’. El plan previsto se modificó de manera inesperada en un solo segundo: de viajar con el primer equipo a estar con muletas. Las lamentaciones se convirtieron en una cuenta atrás…

El 19 de julio de 2018 le operaron en Madrid, esto solo fue el inicio de lo que se convertiría en una batalla diaria para volver a lo más alto. Con el cronómetro activado, Gelabert empezó a trabajar siete horas diarias en la sombra para volver cuanto antes e intentar adelantar los plazos a toda costa. Mientras que el canterano luchaba por dejar lo antes posible las muletas, también tuvo que hacer frente al fallecimiento de su abuelo. Pero al igual que en el campo, el canterano madridista iba superando todos los obstáculos que la vida le iba poniendo gracias a la ambición que tiene por triunfar.