Vinicius lo volvió a hacer. Y esta vez en Minas Gerais con motivo de uno de los amistosos que disputó estas fiestas. Se fue de tres defensas, llegó a la línea de fondo, pegado al poste, y entonces tiró de genialidad: picó un poquito el balón para lanzarlo contra la espalda del portero y marcar otro gol a ‘lo Vinicius’, es decir, de rebote. Era el 3-2 del encuentro. El brasileño se está haciendo famoso no sólo por sus regates, sino porque el de Minas Gerais es el tercer gol en propia meta que fabrica desde que es del Madrid. Valladolid y CSKA fueron sus dos primeras víctimas de rebote, aunque sólo le atribuyeron como suyo el tanto ante los pucelanos. La duda es: ¿habilidad o fortuna?