Thomas arrastra desde Lyon que sigue siendo un secundario

Thomas respondió con total sinceridad a GOL tras el partido contra el Espanyol y sus palabras, enseguida, causaron revuelo. "A veces me siento infeliz en el Atleti", dijo. "Para sentirte feliz hay que jugar los partidos importantes y sentirte más fuerte y con más confianza", explicó. El ghanés venía de ser sustituido ante el Espanyol. En Valladolid había jugado media hora y en Brujas había sido reemplazado nuevamente. Pero la explicación a sus sensaciones no es de ahora, hay que ir más allá y, sobre todo mirar a los pasajes más importantes. A sus 25 años siente que está en el momento decisivo de su carrera, en el que se siente con fuerzas y capacidad para serlo todo en el Atlético, el club de su vida, el que convirtió en final feliz la rocambolesca epopeya de su llegada a Europa. Pero siente que no se confía en él, por ejemplo, en las grandes citas.

Aún le dura el sinsabor del pasado ejercicio, cuando no fue titular en la final de Lyon. Sentía que se había ganado empezar de inicio aquel duelo contra el Marsella, después de haber sido titular en los dos partidos de semifinales, además en una posición que no era la suya. Pero solamente tuvo un par de minutos con el duelo ya decidido. Tampoco comenzó la Supercopa de Europa, aunque en la prórroga tuvo un papel decisivo saliendo desde el banquillo. La temporada corrió y en el Bernabéu, de nuevo fue suplente. Contra el Barcelona ni siquiera tuvo unos minutos. En España se observa a Thomas como un canterano brillante del Atlético, un jugador de peso creciente, pero no hay que olvidar que, ahora mismo, es ídolo absoluto en su país, Ghana, y uno de los jugadores más importantes de África. Hace solamente unas semanas fue nominado a mejor futbolista del continente en 2018, junto a Salah, Mané, Benatia y Koulibaly. Thomas está en la mira de varios equipos europeos y su cláusula es de 50 millones.