Una genialidad de Aduriz y otro pinchazo del Athletic
La obra de arte que pasa a la historia no sirvió para dar la victoria a un Athletic que sale de descenso. El Valladolid empató en el descuento donde Dani García cortó el fuera de juego.
La historia recordará este día, como aquel en que Panenka decidió patentar un penalti con toque sutil y golpeo al centro picadita. Ha habido otros inventos desde los once metros en ese pulso dramático entre el lanzador y el meta, como el tiro de rabona, de tacón… y hasta la intervención de un tercero, como el pase de Messi a Suárez para que este acabase.
Aduriz, con el Athletic en el alambre del susto clasificatorio, no quiso una rutina para ejecutar el tiro. Tras su ‘Panenka’ dos jornadas atrás ante el Girona en el descuento, rizó el rizo para poner el corazón de San Mamés al borde del colapso. Fijó la mirada ante Masip, colocó el cuero, clavó la pierna izquierda y sin moverla tiró la diestra un paso para atrás y disparó con ese mínimo recorrido el balón junto al poste izquierdo del meta del Valladolid, que no se esperaba esa virguería sin carrerilla. El italiano Giuseppe Signori realizó este arte en alguna ocasión, pero con uno o dos pequeños pasos. Nunca se atrevió a hacerlo sin carrerilla como el eterno y pionero león. Estaba el golfista Rahm en la grada con el 20 de Aritz precisamente a la espalda y lo de éste fue como un 'putt' a la red en un 'green' del Open Británico. Estas dos locuras diabólicas de Aritz llevan un mensaje implícito, porque no es dado a alardes y sí al pragmatismo: “¿Hay nervios? Pues tranquilos que aquí estoy yo”, podría leerse entre líneas.
Fue el fogonazo de un partido sin chispa, mortecino, con tantos en la agonía de ambos períodos. El Valladolid se quedó sin Toni Villa por un proceso febril, plantó sus dos líneas juntitas cerca de área propia y esperó acontecimientos. Pero no los hubo. No pasó nada, tal vez para dar aún más realce a la ocurrencia del 20. El Athletic propuso un poco más, pero lo principal volvía a ser mantenerse erguido los 90 minutos y cerrar la puerta. A Muniain le cuesta mucho adaptarse a este sistema. Optó por él Garitano en detrimento de Córdoba para darle confianza y por jerarquía, pero se mete para dentro y el campo se estrecha, aunque es cierto que provocó el penalti ante el Girona y también estuvo en el de Keko, tras un remate suyo aprovechando un servicio de Capa.
La segunda parte no cambió mucho el paisaje. Plano lanzó al palo tras resbalarse. Sergio movió las piezas y se puso en un 3-5-2. En el último cuarto de hora su equipo se estiró, echó el aliento en el pecho de Herrerín. Se fue creciendo, ganando metros, mientras el Athletic cavaba una trinchera y San Mamés, viendo a los jugadores moribundos, se calentaba como en los buenos tiempos. Parecía estar en otra etapa en la que el equipo saca fuerzas de flaqueza, pero como con Berizzo no cerró el debate y acabó empatado, con un gol de Plano donde Dani García, horriible en un tacón previo, cortó el orsay desde fuera del campo por no tener intención de entrar en el terreno de juego. Diez empates en 17 partidos conducen a la congoja. De momento el equipo de Garitano tiene el tesoro de estar fuera del descenso. Ahora lo protegerá con su vida. Y tiene a un titán llamado Aduriz. ¡Olé su arrojo!
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