Aduriz, un pasado con gran respuesta como blanquivioleta
LLegó del Burgos, marcó 20 goles y fue vendido por 3 millones de euros al Athlétic
Parece evidente que de todos los jugadores que en la era moderna han jugado en Real Valladolid con ADN del Athlétic, Aritz Aduriz fue el más rentable, tanto en el campo como el aspecto económico. El delantero vasco, que parece haber recuperado un buen nivel tras un comienzo muy flojo, pertenece al ramillete de jugadores con más experiencia de la Liga. Nacido en 1981, igual que Joaquín y el propio Borja Fenández, sólo es superado por Camacho del Huesca, que tiene un año más.
La andadura del delantero tiene una buena historia, porque el inicio no fue fácil. De hecho vio como el Athletic le daba la baja en el final de la temporada 2002-03 después de dos años infructuosos en el filial. Sus huesos doloridos por la noticia acabaron en el Real Burgos, que por entonces militaba en Segunda B. Su magnífico rendimiento con 16 goles no pasó inadvertido para Alfonso Serrano, hombre de confianza del entonces secretario técnico del Pucela, Santiago Llorente que lo fichó en verano.
No tuvo demasiada suerte con el rendimiento global de aquel equipo que comenzó con Kresic y acabó con Marcos Alonso firmando un sexto puesto (a nueve puntos del quinto) que no dejó contento a nadie. De la quema se salvó el delantero que hizo 14 goles y fue titular indiscutible. El curso siguiente, temporada 2005-06, tampoco fue muy bueno para el equipo. Marcos Alonso fue sustituido por Alfredo Merino y ninguno de los dos supo sacar provecho de una delantera formada por Víctor, Joseba Llorente, Tote y el propio Aduriz. Después de marcar seis goles en 14 partidos fue llamado a filas por el Athlétic, que tuvo que reconocer su error incial en el mercado invernal.
El Valladolid selló el fichaje más caro hasta entonces por un jugador de Segunda, 2.5 millones de euros. El Athlétic arriesgó y acertó, no sólo por lo que conocemos ahora, sino porque en aquella segunda vuelta Aduriz hizo seis goles, alguno de ellos decisivos, para salvarse de un descenso que parecía evidente. Aduriz estaba entonces en gran forma, de hecho el último partido que jugó con la camiseta blanquivioelta marcó tres goles en la victoria 0-4 en Lleida.