El corazón de Sergio Sánchez
El canterano desvela cómo cambió Rusia por el Espanyol cobrando casi ocho veces menos para que su hija “viera la esencia del fútbol”. Y se acuerda emocionado de Dani Jarque.
Aunque no le acompañó la suerte que él mismo y multitud de pericos hubieran deseado para un jugador de la casa, Sergio Sánchez nunca olvidará al Espanyol. Y menos ahora que vuelve a ser feliz en Cádiz, donde tras rescindir con la entidad blanquiazul recaló hace tres meses para convertirse en titular indiscutible. Y, pese a que no disputó ni un solo minuto de la reciente eliminatoria de la Copa del Rey entre ambos equipos, en la carrera del defensor hay algo que hermana a pericos y cadistas.
“Estuve cuatro años fuera de casa en los que conseguí mucho dinero, la verdad”, explica Sergio en el programa ‘Súper Segunda’, de Movistar+, en el que añade: “El último año y medio dejó de hacerme feliz jugar al fútbol, solo obtenía el apartado económico”. Y ahí es donde el futbolista se sincera y entra en acción la llamada del Espanyol, en agosto de 2017. “Yo pasé una dificultad importante para volver a jugar al fútbol”, apunta, en referencia a la cardiopatía que padeció en 2010. “Y quería en mis últimos años que mi hija me viera en la esencia del fútbol, que me viera disfrutar dentro del terreno de juego, pero estaba viendo que con el dinero no lo conseguía. Así que tomé una decisión importante".
"Yo dejé Rusia (militaba en el Rubin Kazan) ganando más de un millón y medio de euros neto al año por volver al Espanyol, donde pasé a cobrar 400.000 brutos”, desvela. Y lamenta: “Es un paso que mucha gente no ha entendido, pero personalmente he vuelto a sentirme futbolista, soy muy feliz y sonrío cada día. Eso lo conseguí en la propuesta del Cádiz”, admite.
Sobre esa grave dolencia de corazón, que se conoció justo el 1 de enero de 2010 y de la que tuvo que ser operado en Hamburgo (Alemania), asegura Sergio que “lo normal es que no hubiera vuelto a jugar al fútbol”. Pero lo consiguió, y hoy lucha con el Cádiz por un ascenso que se le antojaría “el mejor broche”.
El cóctel sensitivo explota cuando le preguntan de quién se acordaría en caso de subir a Primera. Tras emocionarse visiblemente, contesta: “De mi familia, que lo ha pasado muy mal, de Dani Jarque y de todas esas personas que no perdieron la confianza en mí en los momentos malos. Es triste ver que cuando el foco del éxito no te apunta casi todos esos amigos van desapareciendo”.