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BARCELONA

Rakitic, de extremo a central de urgencia en una década

El croata, que empezó pegado a una banda en sus inicios en el Schalke, va retrasando su posición y aunque jugar de central fue improvisado, no se puede descartar que se repita.

Rakitic, sonriente.
Alejandro GarciaEFE

El festival de lesiones en la defensa del Barça (Sergi Roberto, Semedo, Umtiti, Vermaelen) permitió ver una estampa hasta ahora desconocida. Ivan Rakitic jugó la segunda parte del partido del Levante como central en una defensa de tres junto a Gerard Piqué y Clemet Lenglet. Uno de los mejores chicos para todo del Barça, Rakitic, cumplió como en cada sitio donde se le coloca. Y aunque sea por la lesión del compañero, lo deja es una pista para el futuro.

Rakitic empieza a ver el fútbol muchos metros más atrás que cuando empezó. Jugador técnico y de desequilibrio en sus inicios en el Schalke (en 2007 había sido nombrado mejor jugador promesa de la Liga suiza), explotó como extremo. Primero, en la derecha. Pronto, y llevado por la moda de moverse a pierna cambiada y gracias a su buen disparo a puerta, cambió a la izquierda.

En el Sevilla tardó en encontrarse. Empezó jugando como interior por ambas bandas pero a la llegada de Marcelino, pidió al asturiano jugar como pivote para ver el fútbol desde atrás. Por entonces, Rakitic ya asomaba como un jugador de menos desequilibrio pero más jerarquía en el campo. Perdió velocidad pero ganó presencia y entendimiento del juego. Con Emery, Rakitic regresó a la mediapunta. El ahora técnico del Arsenal le convenció para jugar por detrás del delantero (Bacca o Gameiro) en partidos de dificultad en los que prefería protegerse con un 4-4-1-1. Rakitic se movía entonces con libertad de movimientos. Así, y como capitán, fue campeón de la UEFA de 2014 en el Sevilla.

A su llegada al Barça, y después de ser suplente, Rakitic ocupó la posición de ‘6’ de Xavi. Fue un tiempo en el que se vio obligado a desarrollar sus conocimientos tácticos. Por su banda se movía Messi y subía Daniel Alves, por lo que él, lejos de preocuparse por brillar (aun así consiguió goles importantísimos como el de la final de Berlín) empezó a manejar el juego de coberturas y apoyos para que tanto el argentino como el brasileño campasen a sus anchas. Fue una pieza táctica fundamental para el triplete y se asentó de manera definitiva en el equipo.

Después de tres años con Luis Enrique y sufrir los rigores de trabajar como una bestia por el desequilibrio táctico que generaba el tridente Messi-Neymar-Suárez, Valverde decidió retocar el equipo con la marcha del brasileño. El doble pivote Rakitic-Busquets fue una de las claves del doblete de la temporada pasada. El croata se agigantó y regresó a la posición en la que ya le había pedido jugar a Marcelino. Debía tenerlo en la cabeza. Su temporada fue brillante, con recitales incluidos como en el Bernabéu.

Este curso, Rakitic ha vuelto a la posición de interior pero contra el Levante demostró que, ahora mismo, la posición en la que más cómodo se siente es la de pivote. Acompañó muy bien a Busquets en el doble pivote mientras era Arturo Vidal el que se descolgaba con más libertad de movimientos para buscar robos y también zonas de remate. Luego vino el episodio de Vermaelen y los 40 minutos de central. No es su sitio, pero se ha visto centrocampistas de tronío como Matthaus o Schuster acabar sus días ahí. Por talento e inteligencia táctica si le respetan otras condiciones físicas como la velocidad, igual no es una locura terminar viendo a Rakitic en esa posición algún día...