Un toque táctico que fortalece a Valverde
La lesión de Semedo le hizo improvisar con un cambio de dibujo que demostró cintura en el técnico y buena actitud y automatismos en los jugadores que salieron de su posición habitual.
Cuando se anunció oficialmente, el once elegido por Valverde para enfrentarse al Levante provocó cierto sobresalto. Más que por los nombres, por la intrigante disposición táctica. Sin Semedo, con molestias en la rodilla izquierda, y con Sergi Roberto también lesionado, Valverde no tenía lateral derecho. La experiencia de Vermaelen como lateral (incluso izquierdo) en Leganés no había salido bien. Tocó tomar una decisión y Valverde paró al equipo en el terreno de juego con un 3-5-2 con variables que no utilizaba desde sus inicios en el Barça. En agosto de 2017, fue el sistema que utilizó en la vuelta de la Supercopa de España ante el Madrid. Con mal resultado. 2-0.
Valverde admitió después del partido que no le gustan los experimentos y dejó caer que el 3-5-2 tampoco es su sistema preferido, por lo que salva sorpresa no se extenderá en el tiempo. Pero lo cierto es que al Barça le funcionó y, tal vez de manera casual, pudo encontrar una alternativa para el futuro. Al menos, ya sabe que puede funcionar. Los automatismos en el Barça funcionaron mejor de lo esperado pese a que el equipo concedió muchos tiros y saques de esquina durante el partido. Por líneas, Piqué, Lenglet y Vermaelen se entendieron bien en defensa y Alba, al que ese mismo sistema condenó con Luis Enrique, estuvo a buen nivel, asistencia incluida. Jugadores que actuaron fuera de posición como Dembélé también cumplieron. El francés no estuvo tan exuberante como otros días pero sí ordenado y obediente con las órdenes que había recibido. Busquets y Rakitic estuvieron sólidos en el doble pivote y Vidal, al que Valverde da una libertad que le permite aparecer por cualquier parte del campo para robar balones, confirmó su gran momento de forma, asentado ya en el once. Es un espíritu libre que se mueve por todas las zonas y llena de vigor al equipo. Suárez y Messi, directamente, se entienden con la mirada. Más cerca que en otros partidos por la posición de partida de ambos, delanteros, se dieron un festín.
El partido permitió, incluso, ver a Rakitic como central. El croata, como en todo lo que se le encarga, cumplió y tapó la ausencia de Vermaelen, que en principio se retiró con molestias pero que hace temblar en cada sustitución, más en un equipo que empieza a sentir la necesidad de un central por los problemas del belga y de Umtiti.
Valverde demostró cintura en el Ciutat de Valencia. Su toque táctico sorprendió al Levante, que había preparado otras cosas, y le fortaleció.
