Celta 0 - 0 Leganés: ocasiones, resultado y resumen del partido
El Leganés salió vivo del asedio del Celta en Balaídos. Los gallegos tuvieron el 80,3% de posesión y Maxi mandó un balón al palo. Boufal reclamó un penalti, pero el VAR se lo negó
Balaído vivió un partido de hipérboles. Todas redundancias del fútbol. El Celta, por ejemplo, mutó en una escuadra dictatorial en el uso del balón. O mejor dicho, abuso. Los de Cardoso no es que poseyeran el esférico. Es que sólo llevaba su nombre. Una posesión del 80,3% confirma la tendencia. En frente, el Leganés también se apuntó a eso de repetir siempre lo mismo. En su caso, defender. Defender y defender y Defender. Al principio, con agallas tácticas en un ballet de hormigón que, luego, acabó siendo un ejercicio de pura acumulación. Y así, entre redundancia y redundancia, se disputó un duelo que pudo ser, por ocasiones, cualquier cosa. El Celta mandó un balón al larguero, sí, pero es que En Nesyri falló un clarísimo mano a mano. Y todo en la segunda mitad.
La primera mostró lo que sería el partido, con dos escuadras entregadas a sus estilos. El del Celta mandaba ejercer dominio, pero sin demasiada profundidad. Le ayudó en el crecimiento de su impotencia un Leganés que en esos 45 minutos iniciales danzó con soltura cerca del área de Cuéllar. El extremeño, por cierto, fue autor de la jugada polémica del choque. Tras un eslalon imposible de Boufal, acabó derribando al marroquí. Pero Munuera Montero no pitó penalti. Lo ratificó Pietro Iglesias desde la sala VAR. No quiso ni revisar la acción que, repetida, genera dudas. Pudo ser una cosa y la contraria. Todo muy gallego.
También lo fue el acento de una segunda mitad de un único color. Celeste. Celestísimo todo. Y eso que la primera clara ocasión fue la antes mencionada de En Nesyri, en el 47'. Pero Rubén, felino, evitó un gol que casi se canta en el lado del Celta cuando Maxi estrelló su testarazo en la cruceta en el 72'. Luego el grito se ahogó en un paradón de Cuéllar a Brais Méndes. Ejercicio de heroísmo contagiado de un Lega más que parapetado en su área. Redundancia defensiva. Una hipérbole más de este partido de extremos y sin goles. Oda a la impotencia en Balaídos.