Eibar y Levante disputaron un trepidante partido en Ipurua en el que hubo muchos goles y alternativas para los dos equipos, pero que los visitantes supieron terminar mejor con un tanto en el descuento que les dio la igualada. Fue un canto al fútbol. Empezó dominando el encuentro el equipo de Mendilibar, que trató de organizar su monopolio en campo contrario desde el pitido inicial. A punto estuvo, sin embargo, de perforar la red de Riesgo el Levante en el 7’, en el primer contraataque del partido de los visitantes. El exarmero desaprovechó un pase horizontal en el área pequeña que hubiera supuesto el 0-1 en el marcador. La superioridad local aumentó, con un Levante replegado que colocó a seis hombres dentro del área de Oier. No fueron suficientes, sin embargo para evitar el gol del Eibar. Sergi Enrich aprovechó un centro de Cote desde la izquierda que peinó Charles para encontrar portería y adelantar a los locales en el luminoso.
Fue el inicio de una catarata realizadora. Apenas duró la alegría para los azulgrana, que con un Morales en modo pesadilla empató el partido en un contraataque en el que Ramis ni lo olió. Un empate que enfrió el partido y puso nervioso a los armeros, que se vieron sobrepasados por las contras dirigidas por Morales. Por desgracia para los eibarreses, Rober Pier hizo el segundo en el marcador en el 25, en una segunda jugada en la que el central remató el balón al fondo de la portería de Riesgo. La primera mitad finalizó con un Eibar en plan rodillo al que el acierto de cara a gol no le acompañó, y una flaqueza en defensa que hizo temblar a la grada.
El premio del gol se resistió al Eibar durante 11 minutos más. Sin embargo, los de Mendilibar fueron capaces de darle la vuelta en el marcador con tres goles para poner el 4-2 en el 64. Escalante y Charles por partida doble (el primero de penalti) levantaron a un Ipurua que se volvía loco. Con seis goles en el marcador, el partido pareció tomarse un respiro. Un mero espejismo. Allá por el 74, Toño fue capaz de recortar distancias con un remate que entró en la portería de Riesgo tras rebotar en la bota de Oliveira. El último cuarto de hora se convirtió en un duelo no apto para cardiacos. Absolutamente roto, los últimos minutos del encuentro no dejaron indiferente a nadie. Tampoco el empate de Borja Mayoral en el 92. El encuentro finalizó en tablas para un Eibar con sensación de haber perdido 2 puntos y un Levante que vino buscando oro y se llevó un diamante.