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ESPANYOL

La advertencia de Getafe

El Espanyol se volvió vulgar en el Coliseum por diversas causas. El equipo solo remató dos veces entre los tres palos antes del 3-0 y perdió 165 balones, récord.

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La advertencia de Getafe
JESUS RUBIODIARIO AS

La derrota de Getafe es la tercera seguida, pero eso no supone ni una crisis ni un estado de alarma en el Espanyol. Aunque los equipos que le persiguen ganen sus partidos, el conjunto de Rubi seguirá entre los ocho primeros del campeonato y a tiro de Europa. Los 21 puntos en las 14 jornadas iniciales los hubiesen firmado con los ojos cerrados. Pero a diferencia de los encuentros ante Sevilla y Girona, la mala imagen del Coliseum sí que sirve de advertencia: el Espanyol puede ser vulgar si su engranaje no funciona.

Los números resumen un partido en el que el Espanyol de Rubi estuvo irreconocible en toda las partes del campo. Maniatado también por un Getafe que rozó la perfección, los blanquiazules ganaron la posesión con un 59%, pero hasta el 2-0 la perdían. El mismo diagnóstico evocan las ocasiones de gol: hasta el 2-0 el Espanyol solo había rematado en dos ocasiones a portería, mientras que los otros dos disparos entre los tres palos llegaron en el añadido. A eso se le suman los 165 balones perdidos (récord del curso), muestra de la imprecisión perica y de la buena presión madrileña. Un ejemplo es Mario Hermoso, quien tuvo un acierto de pase del 75%, inferior al habitual que está por encima del 80. Cuando falla el colectivo, afloran los errores individuales. Y el central madrileño ya tiene antecedentes.

Las causas de la desfiguración blanquiazul

Los equipos que priorizan los aspectos defensivos, como el Getafe, empiezan a tomarle la medida al conjunto de Rubi, cuyo patrón de juego y puntos fuertes empiezan a ser visibles debido a la falta de recursos de la plantilla. Un ingeniero del juego como Pepe Bordalás, analítico como pocos, supo desconectar los pases entre líneas del equipo perico y a Borja Iglesias, que solamente tuvo oportunidades cuando el choque estaba decidido. El gallego, que ha marcado en cinco de los seis últimos partidos, se ha convertido en el único realizador perico desde el 7 de octubre.

A la previsibilidad se le unieron las bajas de Marc Roca y Sergio García, dos jugadores capitales en la construcción del juego de ataque. La subida de Dídac para liberar al de Bon Pastor que recibe entre líneas es el hilo conductor para asentarse en campo contrario y para hallar a Borja Iglesias. Piatti no logró suplantar esa figura, ni tampoco el cambio de David López y la entrada de Óscar Duarte, blando en el primer tanto, pudieron conectar con los puntas.

Ese aspecto pone al descubierto, como proclamó el técnico en sala de prensa, el rendimiento de algunos jugadores, quienes no han logrado ganarse un puesto ni tampoco cuando salen del banquillo son capaces de cambiar el decorado. Solo ante el Villarreal, que se pasó de 1-1 a 3-1, los cambios en ataque dieron sus frutos. Melendo y Puado, suplentes el sábado, esperan también nuevas oportunidades.

Por último, las dos derrotas anteriores han hecho mella en la confianza del equipo, como es lógico, por lo que es básico cambiar la racha para "que nadie dude", como afirmó Rubi antes del encuentro. El duelo del Getafe le hizo ver al Espanyol cómo era antes de la llegada del nuevo técnico. Volver a los orígenes será la principal misión de la plantilla después de la advertencia de Getafe, la primera reflexión después de un comienzo de temporada que sigue siendo ilusionante.